El automovilismo mexicano vive un momento dorado, y en el mundo del Off-Road, el nombre de Alan Ampudia resuena con fuerza.
Este piloto marcó un hecho histórico al lograr tres victorias consecutivas en el Campeonato Mundial, una hazaña que ningún otro mexicano había conseguido antes, incluyendo el triunfo en la mítica Baja 400 y las primeras tres carreras del año.
Alan habló en exclusiva para Publimetro sobre su mentalidad, el trabajo de su equipo y el inminente desafío de la “madre de todas las carreras”: la Baja 1000.

La clave mental y la fiabilidad del equipo
Al cuestionarlo sobre la presión de lograr una hazaña tan grande, Alan confesó tener un enfoque singular: “La presión mental, yo no sé si será un don o qué, pero no siento mucha presión. Yo iba tranquilo. No era como que tenía presión de hacerlo, pero quería. Obviamente, ser el primer mexicano en lograrlo es algo increíble, algo de lo que me siento muy orgulloso, y también mi equipo y mi familia”.
Destacó que el verdadero secreto reside en la fiabilidad del coche, un trabajo que comienza mucho antes de pisar el acelerador: “El equipo, liderado por mi papá, es el cerebro. Literal, después de cada carrera, desarmamos el carro, checamos que todo esté bien, ponemos todos los tornillos nuevos. Nos tomamos el tiempo y las medidas precavidas para que el carro esté en su mejor forma”.
Esa confianza se alimenta de una feroz competitividad; sobre la “mentalidad de campeón”, Ampudia fue directo: “Yo soy muy competitivo en lo que sea. Yo siempre busco salir a ganar. En mi categoría, somos solo dos mexicanos compitiendo contra 15 o 16 americanos, así que quiero representar a México. Yo pienso que soy el mejor. Tienes que ser egoísta y pensar que tú eres el mejor, si no, ¿cómo vas a salir a ganarles?”.

El desafío de las 18 Horas de la Baja 1000
Con la historia reciente a su favor, la mirada del piloto mexicano se dirige ahora a la Baja 1000, la prueba de resistencia más grande del mundo: “Esta es la más grande, es nuestro Super Bowl, nuestra final de la Champions. Si no ganas esta, sientes que no ganaste ninguna", afirmó.
La preparación para las 18 horas de recorrido es extrema. Alan es uno de los pocos en su clase que corre la prueba sin relevos, manteniéndose en el coche todo el tiempo: “Me preparo durante muchos meses haciendo mucho cardio, comiendo bien, sin alcohol, con mucha disciplina. El año pasado íbamos peleando por el primer lugar y falló el carro. Este año vamos a tratar de ganar las cuatro carreras del campeonato, algo que nadie ha hecho. Vamos a buscar la perfección”.
Alan reconoció la importancia de su rol en el gran momento del deporte motor en México: “Quiero ser una inspiración para los jóvenes. Que vean que trabajando duro, sabiendo trabajar en equipo y nunca rindiéndose, es posible. Que se sepa que se puede luchar, nada es imposible si te lo pones como meta”.
Finalmente, reflexionó sobre la madurez que le ha dado el deporte, recordando los errores y accidentes pasados: “Estando en la cima es cuando más alto puedes caer. Ahorita tenemos un blanco pegado en la cabeza; todos nos quieren ganar. No nos lo tomamos a la ligera. Queremos seguir siendo los mejores”.
Cierre de Pista
El dominio de Alan en el Off-Road es un reflejo del talento que empuja al automovilismo mexicano; su mentalidad inquebrantable, que define en tres palabras como “felicidad, adrenalina y amor”, no solo lo llevó a hacer historia, sino que lo posiciona como el favorito para conquistar la mítica Baja 1000 y consolidarse como una leyenda del deporte motor nacional.

