El Club Deportivo Toluca firmó una página dorada dentro del balompié nacional tras conquistar un histórico bicampeonato frente a Tigres, en una final cargada de dramatismo que se resolvió hasta la muerte súbita desde los once pasos.
Ya alcanzó a Chivas
La noche del 14 de diciembre, marcada por tensión, temple y carácter, permitió a los Diablos Rojos alcanzar la estrella número 12 de su historia, un logro que automáticamente los coloca en el mismo escalón numérico que Chivas como la segunda institución más ganadora del futbol mexicano.
Más allá del festejo inmediato, el resultado abrió un debate profundo sobre jerarquías, etiquetas y conceptos que por décadas parecían inamovibles.
Equipos “grandes” cargan con el peso de una tradición que ya no alcanza
Durante años, el periodismo deportivo construyó una narrativa casi incuestionable alrededor de cuatro escudos: América, Chivas, Pumas y Cruz Azul. Su condición de “grandes” se sostuvo no solo en la popularidad o arrastre mediático, sino también en la acumulación de campeonatos en distintas épocas.
Sin embargo, el tiempo no se detiene y las estadísticas tampoco perdonan. El reciente éxito escarlata obliga a revisar con lupa un discurso que hoy parece desfasado frente a la realidad competitiva de la Liga MX.
El dato resulta contundente: Toluca es el club con más títulos desde la instauración de los torneos cortos en 1996, acumulando nueve campeonatos bajo ese formato. Esta cifra no solo refleja constancia, sino también una estructura deportiva capaz de reinventarse, adaptarse y competir contra plantillas multimillonarias sin perder identidad.
Mientras otros proyectos dependen de momentos aislados o generaciones específicas, la escuadra mexiquense ha mantenido una línea de trabajo que prioriza resultados sobre reflectores.
El contraste se vuelve inevitable al observar el presente de quienes históricamente fueron considerados intocables. Chivas, fiel a su tradición de alinear únicamente futbolistas mexicanos, ha celebrado apenas dos campeonatos en lo que va del siglo XXI.
Cruz Azul, por su parte, suma una sola estrella en los últimos 25 años, periodo marcado por frustraciones, finales perdidas y reconstrucciones fallidas. Pumas tampoco se escapa del análisis crítico, ya que acumula 15 años sin levantar un trofeo de liga, situación que ha debilitado su peso histórico dentro del palmarés nacional.
Toluca enciende el debate con un bicampeonato que apunta a dinastía
La reflexión final apunta directamente a un concepto que merece replantearse. Toluca no cuenta con una convocatoria masiva a nivel nacional ni con el respaldo mediático de otras instituciones; aun así, sus logros recientes lo colocan como ejemplo de seriedad, continuidad y ambición deportiva.
En contraste, Chivas, Pumas y Cruz Azul han vivido más penas que glorias en años recientes, exponiendo una grandeza sostenida más por memoria que por resultados.
Si el futbol premia títulos, regularidad y competitividad, entonces el conjunto escarlata no solo merece respeto, sino también un lugar legítimo entre los grandes, mientras su éxito amenaza con convertirse en una dinastía que redefine el mapa del futbol mexicano.