A menos de seis meses para que ruede el balón en Norteamérica, la Copa del Mundo 2026 también juega fuera de la cancha. Mientras las selecciones afinan detalles deportivos, en las ciudades sede de México ya se vive otro tipo de competencia: la del hospedaje.
CDMX, Guadalajara y Monterrey comienzan a sentir el impacto del torneo antes de su inauguración, con señales claras de que la justa deportiva no solo moverá pasiones, sino también precios, expectativas y preocupaciones entre los aficionados que planean asistir al evento más grande en la historia del futbol.
Durante el certamen se espera una alta demanda turística sin precedentes. De acuerdo con estimaciones de la Federación Mexicana de Futbol, al menos 5.5 millones de visitantes adicionales arribarán al país durante el certamen, una cifra que ilustra la magnitud del desafío logístico que enfrentan las sedes nacionales.
Precios se disparan en hospedaje
Hoteles, departamentos, casas de renta temporal y plataformas digitales se preparan para recibir a miles de aficionados por partido, especialmente en fechas cercanas a los encuentros, lo que ha provocado una presión inmediata sobre la oferta de alojamiento disponible.
La expectativa generada por el campeonato más ambicioso jamás organizado ha derivado en un incremento acelerado de tarifas. En la Ciudad de México, análisis recientes del medio The Athletic muestran que algunos hoteles han elevado sus costos hasta en 900 por ciento para noches cercanas a los partidos, comparadas con precios habituales en temporadas regulares.
Monterrey y Guadalajara no se quedan atrás, ya que también registran aumentos que superan con facilidad los rangos normales para eventos masivos. Este fenómeno no se limita al sector hotelero tradicional, pues en plataformas como Airbnb se han detectado alzas que rondan entre 70 y 80 por ciento, principalmente en zonas estratégicas y fechas clave del calendario mundialista, lo cual refleja una demanda anticipada extraordinaria.
Cancelaciones aumentan
Sin embargo, el encarecimiento no es la única inquietud que rodea al hospedaje. En semanas recientes, algunos aficionados han reportado cancelaciones inesperadas de reservaciones realizadas con meses de anticipación.
Usuarios señalan que, sin una explicación clara, hoteles o alojamientos de renta temporal anularon acuerdos previamente confirmados, situación que ha generado especulación sobre posibles intentos de reofertar esos espacios a precios mucho más altos conforme se acerque el torneo. Aunque no existen comunicados oficiales que confirmen una práctica generalizada, estos casos han encendido alertas entre quienes planean viajar.
El escenario se vuelve aún más complejo al considerar los riesgos de fraude. Autoridades y especialistas han advertido sobre la aparición de sitios falsos o anuncios engañosos que buscan aprovechar el entusiasmo mundialista, ofreciendo hospedajes inexistentes o condiciones irreales.
En un contexto donde la urgencia por asegurar alojamiento crece, la vulnerabilidad del aficionado también aumenta, obligando a extremar precauciones al momento de reservar.
La Copa del Mundo 2026 promete una derrama económica histórica para México, con beneficios potenciales en turismo, empleo y proyección internacional. No obstante, el otro lado del balón muestra una realidad preocupante: precios que pueden resultar inalcanzables para miles de seguidores, cancelaciones que generan incertidumbre y la amenaza constante de fraudes. El reto será encontrar un equilibrio entre capitalizar el evento y garantizar que el futbol, una vez más, siga siendo una fiesta accesible para quienes desean vivirla desde la tribuna.

