Sergio Pérez se encuentra actualmente trabajando de cerca con su nueva escudería, Cadillac, con miras al arranque de la temporada 2026. Tras un cierre de ciclo complicado en su equipo anterior, Checo asegura sentirse liberado de la presión innecesaria y entusiasmado por ser una pieza clave en el desarrollo de este nuevo proyecto.
El enfoque central de esta etapa es la influencia y el liderazgo que Pérez está ejerciendo dentro de la organización. A diferencia de sus años anteriores, ahora se siente escuchado y con la capacidad de dar orientación técnica específica para hacer crecer al equipo desde el primer día. El objetivo es claro: sorprender a la parrilla y tener un gran impacto en el Gran Circo desde su debut.
“Es fantástico estar en un equipo donde sientes que tienes influencia y puedes pedir ciertas cosas”, comentó el piloto mexicano para los micrófonos de Autorace
Del vacío de 2025 al motor de 2026
El regreso de Pérez no habría sido posible sin un paso necesario por el banquillo. Tras lo que él describe como un final “anticlimático” en Red Bull, el piloto se ausentó de la parrilla durante la temporada 2025, tomándose un año sabático que resultó ser vital para su salud mental y motivación.

Checo confesó que los últimos seis meses en su escudería anterior fueron sumamente difíciles, al punto de perder la motivación por el automovilismo. Aunque en su momento no lo notó, ser “obligado a salir” le permitió poner el modo “piloto automático” en pausa y valorar el deporte desde una perspectiva externa.
Fue el ambicioso proyecto de Cadillac lo que finalmente lo convenció de rechazar otras ofertas y preparar su regreso triunfal para 2026, año en el que promete volver con una energía renovada tras haberse “enamorado de la Fórmula 1 de nuevo”.