El Antigua GFC se consagró bicampeón de la Liga de Guatemala tras superar en el marcador global al Municipal. El equipo dirigido por Mauricio Tapia llegó al partido de vuelta con una ventaja de 2-0 obtenida en la ida. A pesar de que el Municipal logró ganar el encuentro de vuelta por 1-0 con una anotación de César Calderón, el resultado no fue suficiente para revertir el marcador global, el cual terminó 2-1.
Lamentablemente, tras el silbatazo final, los reflectores salieron del campo, ya que lo que debió ser una celebración deportiva terminó en un desenlace desastroso debido a la violencia desatada en el Estadio Manuel Felipe Carrera, también conocido como El Trébol.
¿Qué sucedió tras terminar el partido?
Apenas se escuchó el silbatazo final, la tensión acumulada se desbordó. Según informan las fuentes, la chispa inicial se dio en el terreno de juego, donde jugadores de Municipal y Antigua se enfrascaron en una discusión y enfrentamientos físicos cerca de los vestidores. Se reportó que los elementos del equipo local reaccionaron de forma fúrica, persiguiendo y agrediendo a los futbolistas rivales.
Esta situación detonó una invasión masiva de campo por parte de aproximadamente 500 aficionados del Municipal, quienes saltaron a la cancha para encarar a los ganadores. El campo de juego se transformó rápidamente en el escenario de una batalla campal que dejó imágenes escalofriantes.
En videos difundidos en redes sociales, se pudo observar a un hombre siendo pateado hasta quedar inconsciente, mientras que el jugador Rudy Múñoz tuvo que ser retirado en camilla por el cuerpo de bomberos tras los incidentes.
La Policía Nacional Civil tuvo que intervenir con agentes antimotines para intentar controlar la situación y proteger a los jugadores de Antigua, quienes corrieron a refugiarse en los vestidores ante el peligro. Durante los disturbios, algunos aficionados se enfrentaron directamente con los uniformados, mientras que otros asistentes denunciaron el lanzamiento de objetos hacia la zona de palcos.
Debido a la falta total de garantías de seguridad, la directiva de la Liga Nacional de Guatemala decidió suspender la premiación formal dentro del estadio. El trofeo de campeones fue entregado de manera improvisada en el centro del campo únicamente cuando la mayoría de la afición ya había abandonado el inmueble, empañando así la obtención del sexto título de liga para el Antigua.