La querida actriz de “Jane The Virgin”, recibió en 2014 una noticia que le modificaría su estilo de vida en grandes magnitudes. Gina Rodríguez comentó que aunque a los 19 la habían diagnosticado de una enfermedad en la tiroides, no fue hasta siete años atrás que le dijeron que se trataba del síndrome de Hashimoto.
Dicho trastorno hace que el sistema inmunológico ataque a la tiroides lo que genera diversos síntomas como fatiga y aumento de peso.
Aunque la enfermedad no la imposibilita para desarrollar con normalidad su carrera como actriz, permanecer en la industria no fue tarea fácil.
Uno de los primeros pasos que dio fue hacer un cambio significativo en sus hábitos alimenticios. Además de ser vegetariana, la actriz sigue un riguroso plan de entrenamiento diario que incluye boxeo y saltar la cuerda.
“Siempre he tenido que pelearme con mi peso. Mantenerme en mi peso me resulta muy complicado porque mi metabolismo funciona bastante mal, lo que me parecía una maldición cuando tenía 19 años”, comentó la actriz durante una entrevista con Health.
Gina Rodríguez no es la única artística que sufre del síndrome de Hashimoto, Gigi Hagid también fue diagnosticada y comentó la forma en la que le afectó en su carrera profesional.
“Para todos aquellos que están tan interesados en saber por qué mi cuerpo ha cambiado a lo largo de los años, es posible que no sepan que cuando empecé en la moda a los 17 años, todavía no había sido diagnosticada de la enfermedad de Hashimoto; a todos los que dijeron que estaba ‘demasiado gorda para la industria’; lo que estaban contemplando era la inflamación y la retención de líquidos debido a esto”, comentó la modelo.
El síndrome produce que el sistema inmunológico actúe en contra de la tiroides, lo que ocasiona que la glándula disminuya su función y no produzca la cantidad de hormonas necesarias.
“La tiroides es una glándula pequeña con forma de mariposa en la parte frontal del cuello. Las hormonas tiroideas controlan la forma como el organismo usa la energía, por lo que afecta casi todos los órganos, incluso la forma como late el corazón. Si no hay suficientes hormonas tiroideas, se disminuyen muchas de las funciones del organismo”, reseña la página web del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales.
Aunque usualmente puede detectarse a cualquier edad, es más común en mujeres de mediana edad y con antecedentes familiares.
Algunos de los síntomas más conocidos son: estreñimiento, piel seca, fatiga, pérdida de cabello, intolerancia al frio, aumento de peso leve, cuello grueso, dificultad para concentrarse, menstruación abundante, entre otros.
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