Brazos arriba, signos de paz con los dedos y varias muecas de molestia. El príncipe Louis, el menor de los tres hijos del príncipe William y Kate Middleton, fue el centro de atención durante la celebración del Jubileo de Platino de la Reina Isabel II.
Las reacciones tanto de su padres como de sus hermanos mayores tratando de corregirlo ante la multitud abrió el debate en las redes sociales, algunos en apoyo y otros en rechazo a la presión y protocolos de comportamiento de los niños de la realeza.
Pero algunos integrantes cercanos a la familia británica han opinado al respecto. Mientras que George, el hermano mayor, no ocultó la risa por las payasadas del pequeño, la hermana Charlotte intentó que mantuviera el comportamiento, aunque sin poder lograrlo.
“Es un mono descarado, un típico tercer hijo. Es bueno que el mundo lo haya visto divirtiéndose”, expresó una fuente cercana a la familia real británica citada por People. La Reina Isabel también pareció divertirse con las traveruras de su bisnieto quien se paseó por todas las expresiones faciales mientras acompañada la celebración desde el balcón del Palacio de Buckingham.
Su abuelo, el príncipe Carlos, también compartió el momento especial llevándolo en su regazo mientras disfrutaban la celebración, aunque el niño pareció estar más entretenido saltando y alzando los brazos. Pero los mismos Cambridges dieron el toque jocoso de la situación y escribieron en sus redes sociales: “Todos la pasamos increíble, especialmente Louis”.
Sally Bedell Smith, experta en realeza y autora del libro “Elizabeth the Queen: The Life of a Modern Monarch”, aseguró que la inclusión de Louis y otros niños de la realeza, en la celebración del Jubileo de Platino hace que la gente se aconstumbre al futuro papel del príncipe Carlos. “Había una sensación de festejar el pasado y anticipar los nuevos tiempos”, citó la revista Marie Claire.
El príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, asistieron a la celebración del Jubileo de Platino un momento de reencuentro familiar esperado por los seguidores de la realeza británica tras las polémicas de la pareja con la monarca y el resto de la familia. Sin embargo, ambos abandonaron la Catedral de San Pablo en medio de los festejos luego de notarse la indiferencia de los integrantes de la familia, por lo que decidieron volver a California, lugar de residencia tras renunciar a sus títulos de alteza reales y abandonar sus labores como miembros de la familia real británica.