Pierre Choderlos de Laclos escribió “Las amistades peligrosas” ad portas de la Revolución Francesa con el fin de criticar a una aristocracia decadente, inescrupulosa, hipócrita. Y aunque su sesgo moral es enorme a la hora de dictaminar el destino de sus personajes femeninos, lo que sí supo fue retratarlos en toda su complejidad: es inolvidable cuando la Marquesa de Merteuil, interpretada por Annette Bening, Glenn Close y Sarah Michelle Gellar, muestra cómo se construye a sí misma como una mujer intrigante que aprende sobre cómo manipular a todos a su alrededor mientras les sonríe.
Pues bien, en esta versión de 2022, hecha serie, se cuenta el por qué y cómo los personajes principales (Valmont y Merteuil, interpretados por Alice Englert y Nicholas Denton) se construyen como se construyen. Y en medio de este universo, más extendido, está la poderosa, y muy vana (en apariencia) aristócrata Florence de Regnier, interpretada por la actriz británica Paloma Faith, quien habló con PUBLIMETRO sobre la vuelta al siglo XVIII en pleno 2022.
Se han hecho muchas versiones de esta historia. ¿Qué cambia acá?
Que es interesante, porque se ha escrito y dirigido por mujeres y es una mirada histórica desde la perspectiva femenina. Y esto le añade más capas y matices a la historia en sí y a los personajes.
En ese sentido, ¿cómo se refleja el pensamiento femenino en el contexto específico?
Es muy particular esta época, porque la sociedad quiere a las mujeres calladas y sumisas. También invisibles, para hacer que los hombres luzcan bien y sean poderosos. Pero cuando no tienes poder, tienes que hallarlo de una manera distinta en la sociedad. Por eso es que los personajes de esta serie son tan complejos, porque navegan en el mar de la apariencia, de parecer perfectas, pero al mismo tiempo tratan de alcanzar un lugar donde tengan influencia y poder y manipularlo, de esta manera.
Descríbenos un poco tu personaje.
Ella es muy respetada y escuchada. Es la versión dieciochesca de lo que sería una influencer de TikTok. Es superficial, y tampoco muy inteligente. Está muy obsesionada con ser una árbitro de estilo, así como el lugar de la sociedad de la gente. Igual, por su estatus. Si atiende algún evento, se asegura de que sea un buen lugar, o si piensa mal de alguna persona, la descarta. Ella es peligrosa, también en el sentido de que influencia sobre otras personas y sus opiniones.
Ella encaja perfectamente en esta sociedad del siglo XVIII, entonces.
Así es.
Ahora, en ese sentido. ¿Cómo te desafió y qué te hizo amarla?
Fue muy divertida de interpretar. Ella le apunta mucho a los chismes, les dice a todos su opinión y también les cuenta secretos. Ella personifica mucho lo que dicen: nada es lo que parece. Y con las actrices que hacen de mis amigas, me encantaron las escenas con ellas. También adoré el vestuario, su mundo, que es muy bello. Fue una experiencia más inmersiva.
¿Y cómo te sentiste siendo vestida con toda esta ropa tan aparatosa de ese siglo en particular?
A mí me encantó, pero tomaba mucho tiempo vestirme. Pasaba de la vida moderna al hacerme las uñas, y luego pasaba tres horas, cada día, ataviándome. De todas maneras, el trabajo de vestuario estuvo genial, porque nos contó la verdad que hay, tácita, sobre cada personaje. Ahora, aprendí la espantosa verdad sobre las pelucas de esa época: que incluso tenían rascadores porque no las lavaban y se acumulaban insectos. ¡Qué incómodo!
¿Cómo crees que la serie retrata las relaciones entre mujeres?
El show muestra las distintas posibilidades que hay entre ellas, como la amistad que vive mi personaje, que vive de interés básicamente. Y es interesante, porque la naturaleza humana no cambia, a pesar de los tiempos. Y en esto los personajes son atemporales.
Precisamente, el libro estaba escrito para criticar a esta aristocracia francesa de aquella época. ¿Por qué crees que la gente se sigue interesando en esta historia?
Creo que hay un paralelismo con la vida moderna, en el sentido de que proyectamos en redes perfección, cosas maravillosas, y en el fondo hay una narrativa completamente diferente. La humanidad no ha cambiado mucho en eso. También nos gusta porque hay gente que está casada y quiere tener un affaire, por ejemplo, porque enfrentar la perspectiva de su realidad es terrible. Y ven de reojo cómo otra gente sí cumple con sus fantasías.