El reconocido cantante de corridos tumbados, Peso Pluma, se encuentra en el centro de la atención luego de recibir amenazas de muerte por parte de supuestos grupos relacionados con el narcotráfico.
Estas amenazas han llevado al artista a tomar medidas extremas para garantizar su seguridad personal.
Las alarmas se encendieron cuando Peso Pluma canceló abruptamente su próximo concierto en Tijuana, Baja California Sur, programado para el 14 de octubre.
La decisión de cancelar no solo afectó a esa ciudad, sino que se extendió a todas las presentaciones en el país. Esta repentina cancelación generó preocupación entre sus seguidores y planteó interrogantes sobre la seguridad del cantante.
Por eso, el cantante ha decidido tomar medidas adicionales para proteger su integridad física. Durante sus últimas presentaciones, se le ha visto luciendo una chamarra antibalas, un poderoso dispositivo de seguridad destinado a resguardarlo de posibles ataques armados.
Además, ha aumentado el número de miembros en su equipo de seguridad, quienes lo acompañan en todo momento.
Según la revista ‘’TVNovelas’' informó que Peso Pluma utiliza una chamarra antibalas de alta gama, con un valor aproximado de 70 mil pesos. Este elemento de protección se suma al blindaje de los vehículos en los que se desplaza, creando un entorno de seguridad adicional.
Los 12 Apóstoles de Peso Pluma
Se ha mencionado la de un grupo de personas que se encargan de velar por la seguridad del cantante, llamados ‘’Los 12 apóstoles’'. Estos individuos lo acompañan constantemente y mantienen una comunicación activa para asegurar su protección en cualquier situación.
Peso Pluma, quien ha experimentado un ascenso meteórico en su carrera musical, ha sido objeto de polémica debido a las letras de sus canciones, que a menudo abordan temas relacionados con el narcotráfico, drogas, armas y mujeres.
Justo esta temática ha llamado la atención de posibles grupos del crimen, lo que ha llevado al cantante a tomar medidas de seguridad adicionales para protegerse.
Tragedias pasadas
La industria musical ha sido testigo de tragedias en el pasado, donde artistas han sido víctimas de grupos delictivos. Los casos más conocidos incluyen el asesinato de Valentín Elizalde en 2006 y el trágico fallecimiento de Chalino Sánchez en 1992, ambos intérpretes de música regional. Estos hechos han generado una sensación de precaución y temor en la comunidad artística.
A pesar de las amenazas y los desafíos que enfrenta, Peso Pluma ha dejado en claro que no se detendrá en su pasión por la música.