Aaron Taylor-Johnson, reconocido actor de 33 años, y Sam, directora de cine de 57 años, conforman una pareja que ha capturado la atención de los titulares de Hollywood. Sin embargo, más allá del brillo y el ruido del mundo del espectáculo, su relación es un ejemplo de felicidad conyugal.
Aaron ha dejado su huella en la industria del entretenimiento con una impresionante lista de créditos en películas como Angus, Thongs and Perfect Snogging, Avengers, Tenet y Bullet Train.
Su talento actoral lo ha llevado a ser considerado como el posible sucesor de Daniel Craig en el icónico papel de James Bond.
Por otro lado, Sam ha sido una destacada directora y artista desde la década de 1990. Ha dirigido películas notables como su debut en Nowhere Boy, Fifty Shades of Grey y la próxima producción biográfica de Amy Winehouse, Back to Black.
Diferencia de edad
La relación entre estos dos artistas ha sido etiquetada como “controversial” debido a la diferencia de edad de 24 años que existe entre ellos. Los esposos se conocieron mientras trabajaban juntos en la película Nowhere Boy.
Aaron interpretó al joven John Lennon con 19 años y Sam era la directora de la película con 42. Durante el rodaje, su conexión se fortaleció y rápidamente se convirtieron en pareja.
Después del rodaje, comenzaron a aparecer públicamente como pareja, compartiendo gestos de cariño. En octubre de 2009, caminaron juntos por la alfombra roja durante la premiere de dicha película. Poco tiempo después, se mudaron juntos y consolidaron su relación.
En 2010, Aaron y Sam confirmaron que estaban esperando su primer hijo juntos. La esposa ya tenía dos hijas de su matrimonio anterior. En julio de ese año, dieron la bienvenida a su hija Wylda Rae. Posteriormente, en enero de 2012, tuvieron otra hija llamada Romy Hero Johnson.
Declaraciones de Aaron
Durante una entrevista a The Sunday Independent, el actor mencionó: “Yo soy un alma vieja y ella es un alma joven. Después de toda la mierda que he pasado, no escucho las opiniones de los demás Solo sigo mi corazón y mis instintos”.
Luego mencionó: “Si le diera un segundo pensamiento a otras personas, sería la persona más infeliz, probablemente todavía en un matrimonio miserable”.
“A la gente le gusta hablar de ello. Yo digo: ‘Pero funciona mejor que mi último matrimonio’. Ha durado más que el matrimonio de muchos de mis amigos”.