En una industria que avanza al ritmo de la viralidad, el streaming y la inteligencia artificial, los errores legales ya no se perdonan. Maribel Miranda, abogada con más de 16 años de experiencia en la industria musical, ha sido testigo de transformaciones profundas que han cambiado el modelo de negocio en Latinoamérica. Desde la transición del formato físico al digital, hasta la adopción de la firma electrónica y las plataformas de distribución automatizada, Miranda ha acompañado a artistas como Luis Miguel, Yng Lvcas y Bellakath en negociaciones que van desde lo clásico hasta lo viral.
Hoy, con la irrupción de TikTok, los remixes informales y los contenidos generados por inteligencia artificial, su papel como ejecutiva legal en Warner Music México es más relevante que nunca. “Cada día representa un nuevo reto”, dice. En una plática con Publimetro, habla también del auge del regional mexicano, del desafío de proteger los derechos de nuevos talentos como los que emergen de los corridos tumbados, y del perfil que debe tener el abogado o abogada que quiera triunfar en esta industria: conocimiento técnico, sensibilidad cultural y mucha, mucha capacidad de prevención.

—La transformación más profunda en la industria musical ha sido el paso del formato físico al digital. Cuando empecé, dice Maribel Miranda, hablábamos de fabricar discos. Ahora se trata de estrategias digitales, de entender plataformas y conectar con audiencias que descubren canciones en TikTok y Spotify.
Este cambio de paradigma ha obligado a que los abogados especializados en entretenimiento evolucionen al mismo ritmo. Y con eso, la complejidad de proteger los derechos de autor también se disparó.
“Ya no basta con tener el master. Hay que cuidar la interpretación, la autoría, el uso comercial, el remix no autorizado. Todo eso son contratos distintos y responsabilidades que hay que prever desde antes del lanzamiento”, advierte.
El caso Bad Bunny y los pleitos evitables
Miranda cita un caso emblemático: Bad Bunny. En una canción incluyó la voz de su entonces novia sin firmar un contrato. Años después, ya separados, la ex pareja lo demandó y ganó millones. “Todo eso se pudo haber evitado con un documento claro. Y como ese, hay cientos de casos”, afirma.
En su experiencia con artistas como Luis Miguel, Molotov o Gianluca Vacchi, Miranda señala que cada contrato debe ser hecho a la medida: “No es lo mismo un reguetonero viral con un solo tema, que un artista de trayectoria con discos completos. Todo tiene que pensarse como un traje a la medida”.
TikTok, IA y la urgencia de la prevención
Uno de los mayores retos legales actuales es la velocidad con la que una canción se vuelve viral. “Subes un track y al día siguiente está en el top 10. Si no tienes los derechos resueltos, ya tienes un problemón”, señala.
La irrupción de la inteligencia artificial ha abierto otro debate. ¿Quién es el autor de una canción generada por IA? ¿La persona que da las instrucciones? ¿La máquina? ¿La plataforma? “Es un tema que apenas está en discusión a nivel internacional. Aún no hay una respuesta clara, pero debemos legislar ya, porque esto no va a parar”, sostiene.
Corridos tumbados: entre la libertad y la responsabilidad
Ante la polémica por el contenido de algunos corridos tumbados que hacen apología del narco o la violencia, Miranda insiste en que el debate es tan antiguo como la música misma. “A Elvis lo criticaron por bailar, a Molotov por sus letras, al reguetón por lo sexual. El arte siempre incomoda”, dice.
Sin embargo, aclara que eso no exime de responsabilidad a los artistas y sellos. “Una cosa es la libertad de expresión y otra es saber para qué público haces tu contenido. La industria debe revisar qué mensajes quiere amplificar.”
Sobre la iniciativa México Cantadel Gobierno federal, que busca premiar canciones sin apología a la violencia, señala que “es una oportunidad de crear letras distintas, con otros valores, sin dejar de ser creativos”. Pero advierte: “Debe haber expertos legales involucrados desde el principio, para que los participantes sepan qué derechos ceden y cuáles conservan”.
El caso Taylor Swift y la salud legal
En los últimos días, Taylor Swift ganó una batalla legal que le devolvió los derechos de sus grabaciones originales. Miranda ve en este caso un ejemplo de por qué la salud legal preventiva es clave.
“Si desde el principio se hubiera blindado su contrato, se habría ahorrado años de desgaste, dinero y energía. A veces más vale un mal arreglo que un buen pleito”, concluye.
Concluye recordando algo que le decía un profesor de derecho procesal: “El mejor abogado es el que evita el pleito. Y el mejor contrato es el que no se necesita usar en tribunales”.

Libertad de expresión vs. responsabilidad legal: el dilema de los corridos tumbados
Para Maribel Miranda Hernández, Vicepresidenta de Asuntos Legales y de Negocio en México y Región Andina de Warner Music, el debate sobre la apología de la violencia en la música —especialmente en géneros como los corridos tumbados— no es nuevo, aunque sí ha tomado una fuerza particular en el contexto actual. “Esto no empezó con Peso Pluma ni con los Alegres del Barranco. A lo largo de la historia, desde Elvis Presley hasta Molotov, siempre ha habido artistas señalados por sus letras, su estética o su actitud”, apunta.
Con más de 16 años de experiencia en la industria, Miranda ha sido pieza clave en la transformación del negocio musical en América Latina, combinando un profundo conocimiento en propiedad intelectual, licencias y derecho del entretenimiento con una visión estratégica de alto nivel.
Desde su experiencia legal, reconoce la complejidad del tema: por un lado, está el derecho a la libertad de expresión como principio constitucional y cultural; por otro, la responsabilidad ética y legal de quienes producen, promueven y distribuyen ese contenido.

“Los corridos han sido una forma de narrar lo que pasa en la sociedad desde la Revolución Mexicana. Hoy no es diferente: se siguen contando historias, aunque muchas veces incomoden o reflejen realidades que quisiéramos ignorar. El punto es: ¿a quién va dirigido ese contenido? ¿Qué mensaje estás amplificando como industria?”, reflexiona.
Como abogada y ejecutiva, subraya que el rol legal no es censurar, sino prever consecuencias, establecer límites claros y asesorar con seriedad. “Hay cosas que no puedes controlar, como la viralidad, pero sí puedes blindar legalmente lo que vas a lanzar. Y también puedes decidir qué tipo de producto quieres poner allá afuera. Porque sí, puedes tener libertad creativa, pero también tienes responsabilidad social.”

Miranda considera que el marco jurídico debe evolucionar al ritmo de la industria. “No se trata de prohibir, sino de entender el contexto. En un país donde las cifras de violencia son alarmantes, sí tenemos que pensar qué tipo de narrativas estamos legitimando desde los medios, las plataformas y los escenarios.”
Por eso, celebra iniciativas como México Canta, el concurso lanzado por el Gobierno federal para promover letras alejadas de la violencia. “Me parece una oportunidad para invitar a nuevas voces a escribir desde otros lugares, sin perder creatividad. Eso sí, hay que hacerlo con rigor: revisar las bases, cuidar los derechos de los participantes y garantizar que todo se haga bajo lineamientos legales claros. Porque si no, un buen intento se puede convertir en otro pleito más.”