C. Tangana está en México, pero ahora como Antón Álvarez, quien también sigue inmerso en la música, aunque desde una nueva mirada: la de director. Lo hace con la cinta La guitarra flamenca de Yerai Cortés.
La película, ganadora de dos Premios Goya, incluyendo Mejor documental, se presentó por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) este sábado, y tendrá una segunda proyección este 9 de junio en el Auditorio BB de la Ciudad de México.
Publimetro charló con Antón Álvarez en una pequeña sala, mientras en el exterior los fans esperaban su presencia en la alfombra roja. Acompañado de Yerai Cortés, Tania García y Cristina Trenas, compartió las razones del porqué eligió La guitarra flamenca como su ópera prima como director.
Una historia de encuentro y transformación
Cuando Antón Álvarez (C. Tangana) conoció a Yerai Cortés, quedó completamente fascinado con su talento e intrigado por su historia familiar. Yerai es una figura inusual dentro del flamenco; tan respetado por los gitanos más tradicionalistas como por los artistas vanguardistas de la nueva ola, de la que él forma parte.
Ambos decidieron emprender un viaje para grabar un disco marcado por una gran pena, donde el proceso artístico enfrenta a Yerai con su pasado y lo empuja a explorar un secreto familiar, tratando de redimir la relación con sus padres.
El resultado es una película que propone una experiencia musical única, sumergiéndonos en una historia de pasión, amor y perdón.
“Realmente el primer contacto es conocer a Yerai, que Yerai me contase un poco el proyecto que tenía entre manos, que, como siempre digo, es un poco él el que me elige a mí para contar esta historia. Entonces, mi pálpito, mis ganas de ser director, pues él las convierte en realidad. Cuando me llega y me cuenta esta historia, este disco que él tiene, este proyecto, que se parecía mucho a lo que ha acabado siendo. Entonces siempre he tenido ganas de dirigir, pero ha sido Yerai el que me ha convertido en director”, adelantó Antón.
Una relación íntima y respetuosa
Yerai contrasta mucho con la personalidad de Antón (C. Tangana), y es más extrovertido al hablar.
“Me siento un privilegiado. La verdad que Antón ha sido bastante... bastante flexible a la hora de entendernos a la familia, entrar dentro de una familia, con una costumbre, con unas conversaciones muy delicadas, temas muy delicados. Él ha sido el que nos ha ayudado a abrirnos muchas veces en las conversaciones, pero siempre desde un lugar... sin ser intrusivo, sin manipular demasiado la escena. Entonces, ha sido bastante elegante en ese sentido”, dijo Yerai.
“No te puedo decir nada malo de todo eso. Lo que sigue, el hecho de entrar dentro de esas conversaciones y hacer ese tipo de trabajos familiares, ha tenido sus momentos duros, la verdad. Momentos en los que uno entra en inseguridad, sin saber si lo que estábamos haciendo estaba bien hecho, si a mi familia le venía igual de bien que a mí hablar de esos temas, si a mí me venía bien hablarlos, con Tania también. Hemos pasado por muchos sitios, todos ellos muy bonitos, no más que otros, pero totalmente necesarios para llegar a donde estamos ahora y, con esta canción, festejar la vida, la familia, la casta”, señaló Yerai.
Voces del equipo
Para Tania, fue un gozo ser parte de este documental: “Sigo desde hace mucho tiempo la carrera de Antón, y cuando me enteré de que él iba a ser el director de esta película, estaba súper tranquila porque sabía que iba a quedar algo que... respeto el respeto. Sí, le tengo mucho respeto y ahora más, después de ver el trabajo que ha hecho”.
Cristina añadió: “Ha sido súper fácil trabajar con él. Yo, como ellos, también me siento muy privilegiada tanto por haber trabajado con Antón en la peli como por haber conocido tanto a Yerai y a Tania, a sus familias, y haber podido hacer nuestra propia familia también alrededor de la peli”.
Mientras observaba y escuchaba a sus compañeros, Antón también reveló qué tanto se evaluó al ver la película terminada.
“Sí, lo que pasa es que uno ve la película sin terminar muchas veces, entonces no hay un momento final. No pasa como con la música, que al día siguiente de hacer una canción te despiertas, la pones y es una canción nueva casi terminada. La película es un proceso muy largo y las sensaciones son distintas. Recuerdo una vez que me quedé solo en la oficina de Little Spain (productora). Lo recuerdo mucho porque Santos acababa de montar la iluminación tenue, la oficina se veía como un lugar nuevo, como que habíamos cambiado los muebles”, adelantó.
Con la mirada fija y como regresando la memoria atrás, agregó: “De repente, estábamos en una productora y yo decía: esto es muy serio donde estoy. Me quedé solo después de unas sesiones muy intensas de montaje y me acuerdo que ahí hice un visionado que sí la sentí como una película de otro. La vi con los ojos de otro. Ese visionado creo que fue... me acuerdo que lloré en un par de momentos, emocionado, conectando con lo que me había emocionado desde el principio de la peli. Pero luego ese momento no se repite tantas veces”.
El futuro de Antón como director
A diferencia de su faceta como C. Tangana, Antón prefiere mantenerse alejado de los reflectores. Sin embargo, reveló que este documental le brindó una idea más clara de lo que quiere para su futuro, sin dejar atrás sus raíces.
“De hecho, una de las primeras cosas que me relaciona y que me vincula con Yerai es que él tiene como esa cosa moderna de un flamenco. Y gracias a que él tiene esa mirada más contemporánea, yo me he podido meter más en el flamenco y entenderlo mejor. Una de las cosas que creo que facilita la película es acceder a un sitio y a una forma de vivir el flamenco que normalmente es más inaccesible. Una forma de verlo desde dentro. Porque el flamenco tiene esta cosa que es una música que se practica más allá de los estudios y escenarios. No sé si eso pasa con otros géneros. No creo que los reguetoneros, en una cena familiar, se levanten a cantar con su abuela un reguetón. Pero el flamenco sí. Esto sucede todos los días”.
Por ahora, no hay una fecha para su regreso a los escenarios como C. Tangana, ya que su pasión como director está en plena ebullición.
“Voy a intentar seguir mis instintos, quizá con cosas diferentes. Si se me da bien, se lo enseñaré a la gente. Y si no se me da bien, pues lo haré en casa”.
Una música que se vive
“El flamenco es una música que se... bueno, como el regional mexicano también. Es una música tradicional que la gente disfruta cantándola en conjunto, que no necesita ser reproducida, ni ser un concierto ni una forma de trabajo, sino una forma de vivir. Entonces yo creo que esta peli sí que te da un cierto acceso a eso. Y para mucha gente que no le gusta el flamenco o que no tiene especial interés, la peli les funciona igual. Porque es la experiencia de vivir esa música, que podría ser otra, pero todo el mundo sabe lo que es la música. Independientemente de que te guste el flamenco o no, ese acceso sí lo tienes con esta peli”, explicó el músico.
El filme llega a México tras su paso por salas de cine en España, donde acumuló más de 65 mil espectadores, además de participar en diversos festivales. Ha obtenido dos medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos (Mejor Documental y Mejor Música), así como dos Premios Goya (Mejor Película Documental y Mejor Canción).
Premios. Inauguró la Sección New Directors del Festival de San Sebastián, donde recibió la Mención Especial del Jurado y el Premio al Mejor Documental Musical Nacional en el Festival In-Edit de Barcelona. Su estreno en streaming en España fue el 24 de mayo, a través de la plataforma MAX.
Próxima parada en México
9 de junio, 21:00 horas, en el Auditorio BB de la Ciudad de México.