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Michel Franco y su defensa del cine autoral frente al boom de las series

El cineasta da las razones por las que no está interesado en hacer series, durante su presencia en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara

El cineasta está en el FICG
Michel Franco y su defensa del cine autoral frente al boom de las series (Vittorio Zunino Celotto/Getty Images)

Michel Franco ha tenido un paso exitoso por los festivales de cine alrededor del mundo. En 2003 su cortometraje Entre dos ganó el Gran Premio del Festival de Huesca y, desde su ópera prima, el director mexicano ha obtenidos tres Premios en el Festival de Cine de Cannes.

El cineasta llegó al Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) para ofrecer una clase magistral con el título: Narrar sin concesiones.

“Todo se dio de manera natural. Pero eso no quiere decir que haya sido fácil”, respondió. “Mi padre era fabricante de ropa en el Centro, y yo huía de esa vida. A los 15 años me obsesioné con el cine de Woody Allen, los hermanos Coen, Scorsese, Kubrick...”.

<i>“Por eso soy tan escéptico con las películas hechas por comités de ejecutivos en oficinas que deciden qué contenido hacer. De ahí salen las porquerías que vemos ahora con presupuestos millonarios y cero alma”.</i>

—  Michel Franco

Michel Franco tiene una personalidad muy particular dentro del teatro cinematográfico. Es también autor de una frase que siempre me ha fascinado: “Lo que más hambre me da es el miedo. Lo que me guía es el miedo: miedo a fracasar, a aburrirme, a no filmar, a estancarme”.

Cuando empezó a hacer cine, no lo hizo exactamente por amor al medio, sino por una necesidad de escapar.

“Fue más por las ganas de no convertirme en mi padre”, confiesa. “Lo admiro muchísimo, pero no quería ser como él. Él es escritor, productor, director… es el señor Michel Franco”.

El cineasta está en el FICG
Michel Franco y su defensa del cine autoral frente al boom de las series (Foto: Gabriela Acosta)

Y hoy, qué ironía: Michel encontró su propia voz filmando sin concesiones. “Creo que no puede haber un título más ad hoc para este momento: narrar sin concesiones”, le dije. “Y no lo digo porque estás aquí. Siempre lo he pensado: son pocos los directores que trabajan con tanta libertad y con esas ganas de hacer lo que realmente quieren mostrar en pantalla, como tú lo haces”.

El cineasta añadió, “Todo se dio de manera natural. Pero eso no quiere decir que haya sido fácil”, responde. “Mi padre era fabricante de ropa en el Centro, y yo huía de esa vida. A los 15 años me obsesioné con el cine de Woody Allen, los hermanos Coen, Scorsese, Kubrick...”.

“El cine es la visión de una persona; las series no lo son”

Desde entonces, Franco se convenció de que el cine debía ser la visión de una sola persona. “Claro, entendí después que detrás hay 50, 100 o 200 personas trabajando, pero la visión tiene que ser de alguien. Por eso soy tan escéptico con las películas hechas por comités de ejecutivos en oficinas que deciden qué contenido hacer. De ahí salen las porquerías que vemos ahora con presupuestos millonarios y cero alma”.

Uno de los temas que más ha defendido públicamente es su rechazo a las series. No porque no haya algunas buenas, sino porque el proceso creativo es completamente distinto. “A mí no me interesa ese modelo. No quiero estar rodeado de gente opinando todo el tiempo. El writers’ room me resulta inconcebible. Yo necesito escribir mis historias, dirigirlas, producirlas. Tarantino, Woody Allen, los Coen... así entendí el cine.”

El cineasta está en el FICG
Michel Franco y su defensa del cine autoral frente al boom de las series

Michel también se alejó de los caminos tradicionales. No estudió cine, sino Comunicación en la Universidad Iberoamericana. “En la Ibero, en 1999, te dejaban tocar una cámara hasta el séptimo semestre. Yo tenía prisa, así que a los 19 tomé un curso donde aprendí a exponer película, cortar negativo, usar la moviola. Ese miedo a no poder seguir filmando fue lo que me empujó. Durante la universidad hice unos quince cortos. Solo cinco se pueden ver. Los otros estaban tan mal que ni siquiera podían pegarse. Pero de esos errores aprendí más que de los cinco buenos.”

Entre Dos, el cortometraje con el que se dio a conocer, ganó el premio en el Festival de Huesca, uno de los más importantes del mundo. “Ese fue el último corto que hice, y el primero que me atreví a mandar fuera de México. Gané para mi sorpresa, y entonces decidí que era hora de hacer una película.”

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