Hay países que adoptan a los artistas como quien recibe a alguien en casa. En voz de la cantante colombiana, México ama, proyecta, sostiene. Nuestro país convierte a ciertas voces en parte de su paisaje afectivo. Y con Shakira, ese lazo es real y se demuestra con el reciente anuncio de su fecha número doce en el Estadio GNP Seguros el próximo 18 de septiembre, reafirmando su reinado como la artista con más fechas en este icónico inmueble.
Para la barranquillera, volver a México es volver a casa. A una forma de mirar, de cantar, de entender el desamor como un ejercicio de expresión colectiva. Es también tocar tierra en un lugar que la ha amado sin reservas desde que tenía el pelo rojo y hablaba de sombras y corazones rotos como quien lee un diario en voz alta.

Ahora, en 2025, Shakira regresa por petición de sus fans a México con la segunda etapa de su gira Las Mujeres Ya No Lloran, titulada Estoy Aquí. Lo hace otra voz, otro cuerpo, pero con una misma certeza: México la sigue esperando. México corea canciones de hace 30 años como si hubieran salido ayer. México pide Octavo Día, Moscas en la Casa, Si te vas, no para revivir el pasado, sino para habitarlo desde lo que aún sigue latiendo.
El fenómeno no está solo en las cifras, aunque agotó en minutos los boletos de sus shows para el Estadio GNP Seguros y la hizo anunciar una nueva fecha para el próximo 18 de septiembre. Está en lo que se genera en las calles, en las casas, en los grupos de WhatsApp que se pasan links de boletos, en las madres que le ponen Antología a sus hijas como quien transmite una contraseña emocional.
Este regreso ocurre mientras el país atraviesa sus propias transformaciones: luchas por los derechos de las mujeres, debates sobre justicia, identidad y visibilidad. En ese contexto, ver a Shakira cantar, bailar, tomar el escenario como quien abre un ritual su espejo, es afirmación, es memoria viva.
Shakira regresa a casa. Y hoy, con la voz más madura, más firme, más suya, México le devuelve el abrazo.
Shakira está aquí.