Mark Horton, compositor y productor mexicano, vuelve a escena con un nuevo EP de cinco canciones en el que propone una experiencia inmersiva y cinematográfica. Con letras cargadas de dramatismo y profundidad emocional, este trabajo busca explorar el amor desde diferentes ángulos, sin fórmulas ni etiquetas.
En entrevista con Publimetro, Horton comparte su proceso creativo y la colaboración con el cineasta Marcelo Quiñones —conocido como Bert of the Noise— para dar forma a esta propuesta sonora y visual.
Tenemos la excusa perfecta para charlar: este nuevo EP que ya comienza a sonar.
— Así es. Como bien dices, es un EP que rinde tributo al amor. Está compuesto por cinco canciones: Amanecer, Entre Llantos, Mentiras, Santos y ahora Pedacito de Paz, que es el tema que estamos promoviendo.
Ha sido una aventura presentarlas desde una perspectiva distinta. En esta ocasión, yo no soy el personaje principal, no aparezco tocando o actuando, sino que decidimos hacerlo desde una narrativa más cinematográfica. Para eso, me uní a Marcelo Quiñones, un gran cineasta —quizá lo conocen como Bert of the Noise— con quien ya había trabajado anteriormente en el video de Isla, otra de mis canciones.
De ahí nació la idea de contar estas cinco canciones como si fueran parte de un cortometraje, de una historia en capítulos, con el amor como hilo conductor.
¿Cómo ha sido conjuntar tus dos pasiones: la música y el cine?
— Para mí, como compositor, fue muy natural. Le dije a Marcelo: “Ya tengo las rolas, ya hice mi parte, y me encanta lo que tú haces”. Conozco su trabajo con Enrique Bunbury, Adán Jodorowsky, Mon Laferte… y la verdad es que admiro mucho su lenguaje visual.
Fue muy orgánico proponerle que lo suyo —esa parte tan estética, tan narrativa del cine— se integrara al universo de estas canciones. Le pedí que tomara lo que le generaban y que lo tradujera a su estilo visual. Así fue como nació este proyecto híbrido, que es tanto musical como cinematográfico.
¿En qué etapa artística te encuentras actualmente?
— Hace poco decía algo en otra entrevista —espero que no suene abrupto—: yo no hago música para tener likes. Hago música porque lo necesito, porque es una forma de expresarme. Lo mismo ocurre con los videos que realizo o con las grabaciones que comparto. Todo esto es parte de un proceso interno, incluso de sanación.
Claro que busco empatía con quien escuche estas canciones. Me interesa conectar con personas que sientan lo mismo, encontrarnos y cantar juntos en algún momento. Pero lo principal para mí es la libertad de crear. Ser independiente me permite moverme sin etiquetas ni límites, experimentar con géneros y colaborar con quien me inspire.
Hay un sonido que me define, sí, pero no estoy cerrado a transformarlo o fusionarlo. Lo que me guía es una búsqueda puramente artística.
Pedacito de Paz llega en un momento donde el caos y la violencia parecen dominar. ¿Buscas generar un contraste con tu música?
— Sí, totalmente. Vivimos tiempos difíciles. A veces no le damos importancia a cosas como la salud mental. Un ejemplo claro es la depresión, que muchos experimentan en silencio, sin reconocerla o sin saber cómo manejarla.
Pedacito de Paz habla justo de eso: de la necesidad de tener un refugio, un momento, una persona o un lugar donde podamos encontrar alivio. Esa pausa, esa sensación de respiro, ese “stop” que nos permite seguir adelante.
La canción no pretende idealizar la vida ni negar los problemas. Al contrario: reconoce que todo es imperfecto, pero nos invita a avanzar, a encontrar algo positivo incluso en medio de la adversidad. Puede sonar utópico, pero quizás ese sea el motor que nos mantiene conectados con la vida, con el presente, con el amor.
¿Qué le dirías a quienes te van a descubrir con este nuevo EP?
— Les invitaría a escuchar el EP completo, a dejarse llevar por cada una de las canciones y por el viaje que proponen. Espero que encuentren en Pedacito de Paz un momento de calma, de identificación. Y sobre todo: que sigan sus sueños.