Helloween está de fiesta. La banda alemana de power metal cumple 40 años de historia y lo celebra con un nuevo disco titulado Giants and Monsters, además de anunciar una gira mundial que promete ser la más ambiciosa de su carrera.
El grupo ya había marcado un hito en 2021 con su decimosexto álbum, Helloween, que alcanzó el número uno en varios países y desató lo que la prensa llamó un “terremoto global del metal”.

Su regreso con una alineación de siete miembros —Andi Deris, Michael Kiske, Michael Weikath, Kai Hansen, Markus Grosskopf, Sascha Gerstner y Dani Löble— fue celebrado con más de 60 conciertos en 30 países, incluido un histórico lleno total en el Budokan de Tokio, documentado en el álbum en vivo Live at Budokan (2024).
Ahora, con Giants and Monsters, Helloween conecta su presente con el legado que los ha convertido en referentes indiscutibles del género.
Michael Weikath charló con Publimetro sobre la banda, el disco y otras curiosidades de sus recuerdos de México.
Giants and Monsters es un título tan ambicioso y poderoso. ¿Cómo surgió la idea y qué significa para Helloween en este momento de su carrera?
—Sí, las palabras Giants y Monsters salieron en las discusiones. Teníamos ideas ridículas, graciosas, ingeniosas para el título de un álbum, pero finalmente fue ese. Se cristalizó de entre unas 40 ideas locas. Sonaba bien y encajaba con algunas de las impresiones musicales, así que debía ser el adecuado.
¿Cuáles fueron los mayores retos para mantener la música fresca y, al mismo tiempo, fiel a la esencia de Helloween que aman sus fans?
—No es tan difícil. Cada uno tiene su propio home studio. Yo tengo una Macintosh con periféricos y edito. Guardas ideas de canciones de meses o años, combinas partes, piensas “oh, esto es un buen hook, una buena melodía” y lo organizas. Antes había que alquilar estudios carísimos, ahora con lo digital puedes lograr mucho. Hacemos nuestros propios demos, y ya suenan casi como producción final antes de grabar en estudio. Luego se agregan coros, efectos, instrumentos… y queda incluso mejor. Eso me encanta.

Este disco tiene riffs y arreglos que recuerdan distintas eras de Helloween. ¿Fue intencional conectar con su legado?
—Es evidente lo que debe hacerse. Hemos hecho tantas cosas distintas que tenemos variedad para elegir. Puedes decir “quiero un tema rápido clásico de Helloween con gran melodía en medio” y lo trabajas hasta estar satisfecho. Cada uno sabe qué estructura suena a Helloween. Y eso ayuda mucho.
Sobre las letras, ¿hay alguna que tenga un significado personal para ti?
—Más o menos todas. Siempre puedes imaginarte en lo que se trata. Queremos dar pensamientos que inviten a reflexionar, no odio. Puede haber un toque rebelde, pero no violencia. Somos una banda positiva, con un trasfondo cristiano, y sentimos responsabilidad hacia los fans. La idea es que las palabras armonicen con la música y dejen algo valioso.
Si alguien no sabe nada de Helloween ni de Giants and Monsters, ¿qué canción le recomendarías para empezar?
—No suelo elegir favoritas. No sería justo con los demás. Mejor escuchar pista por pista. Somos una banda de heavy metal con muchas melodías, desde majestuosas hasta pegajosas, siempre fuertes. Tenemos guitarras distorsionadas y tocamos rápido, pero tratamos de hacerlo accesible.

Después de tantos años, ¿qué disfrutas más de seguir en el camino?
—Es genial cuando hay buena promoción, cuando la gente llena estadios o festivales y canta tus canciones. Algunos vienen por nostalgia, porque nuestra música les recuerda a su juventud. Ver a las primeras filas llorando de felicidad es muy emotivo, a veces difícil mantener la compostura. También influye la organización: transporte, comida, salud… si todo fluye, puedes disfrutarlo y dar un gran show.
Además del álbum y la gira del 40 aniversario, ¿tienen algún otro proyecto en el horizonte?
—No, nada que sepamos. Cumplimos 40 años gracias a los fans. No tenemos idea de lo que vendrá. No planeamos nada estilo Las Vegas. Por ahora, no sabemos qué podría ser.
México, un capítulo especial para Helloween
México siempre ha sido muy leal a Helloween. ¿Qué recuerdas de tocar aquí?
—Hemos estado tantas veces que no recuerdo exactamente la primera, creo que fue en el Circo Volador, en los 90. Veíamos mucho merch pirata mexicano, y nos sorprendía lo profesional que era. Cuando finalmente vinimos, vimos la locura y la calidez de la gente. En la última gira incluso tocamos con una banda sinfónica mexicana muy buena. Siempre lo pasamos bien, ya sea en el hotel, comiendo tacos o en el escenario. No sé cuántas veces hemos venido, ¿siete, ocho? Pero siempre gracias a los fans. También recuerdo un recinto grande en CDMX de 15 mil personas, nos llenó de orgullo. Los fans son respetuosos, solo quieren una foto, un autógrafo, y pasarlo bien. México nos ha dejado una gran impresión.
Antes de finalizar, Michael Weikath, habló un poco español, y reveló que “seguramente volveremos a México y Sudamérica. No sé cuándo, pero pasará“. Y bromeó con su español: “Siempre es un poco infantil. Quiero decir, tengo mi manera de inventar palabras. Estudié latín en la escuela y esas cosas, así que si no sé algo trato de sacar algo del latín y construirlo en algo que tal vez una persona de habla hispana podría entender, pero es más un truco, ¿no? Y debería saberlo mejor, pero me las arreglo y está bien, ya sabes, y hago algunas bromas tontas que nadie entiende y entonces no se ríen, pero sabemos que los mexicanos tienen una gran cantidad de humor y, quiero decir, solía estar muy impresionado por Cantinflas, por ejemplo. Es muy difícil aprender español sabiendo que ese tipo existe porque puede ser bastante frustrante. Puedes ver que incluso los mexicanos no entendían de qué estaba hablando, es evidente, yo también lo entiendo".