El aclamado actor Graham Greene, reconocido por su papel en la película Danza con Lobos, falleció a los 73 años. La noticia sorprendió a sus seguidores y colegas, quienes lo recordarán como uno de los intérpretes más talentosos y respetados, cuya carrera se extendió por casi medio siglo.
Aunque la causa de su muerte no se ha revelado públicamente, la noticia de su deceso fue confirmada por medios internacionales. Greene, miembro de la nación indígena Oneida en Canadá, se convirtió en un ícono de la representación indígena en Hollywood, abriendo camino para nuevas generaciones de actores en una industria que históricamente los había dejado de lado.
Su papel más memorable fue el del sabio guerrero Kicking Bird, o “Pájaro que Patea”, en la cinta de 1990. Su interpretación, llena de humanidad y carisma, le valió una nominación al Oscar como mejor actor de reparto. Si bien no se llevó la estatuilla, su trabajo en la película lo catapultó a la fama internacional, demostrando su increíble talento y su capacidad para robarse las escenas.
Un legado más allá de Hollywood
A lo largo de su carrera, Graham Greene participó en más de 100 películas y series de televisión. Su filmografía incluye títulos tan variados como La milla verde, junto a Tom Hanks; Maverick, con Mel Gibson y Jodie Foster; y la popular saga de Crepúsculo, donde interpretó a Harry Clearwater. En televisión, tuvo papeles recurrentes en series como Defiance y Longmire, mostrando su versatilidad en diferentes géneros y formatos.
Más allá de sus logros profesionales, el legado de Greene radica en su contribución a una representación más auténtica de las culturas indígenas. Su trabajo fue crucial para derribar estereotipos y ofrecer personajes complejos y profundos. Su activismo, combinado con su talento, lo convirtió en una voz influyente y un modelo a seguir.