OVO, el fascinante espectáculo de Cirque du Soleil, regresa a México con una versión que promete sorprender a toda la familia. Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México serán las paradas de esta producción que celebra la biodiversidad con más de 50 acróbatas y músicos en escena.
Creado hace 15 años, OVO —que significa “huevo” en portugués— llega con un escenario reimaginado, nuevos vestuarios, personajes inéditos y música renovada. La producción transporta al público a una colonia de insectos donde la vida, la transformación y la comunidad son los verdaderos protagonistas.
En este vibrante ecosistema, los grillos saltan hacia el cielo, las mariposas planean, las hormigas hacen malabares y las arañas desafían la gravedad. Todo se combina en una experiencia visual y acrobática que deslumbra tanto a grandes como a chicos.

Ernesto Lea Plaza, artista argentino radicado en Canadá, forma parte del elenco internacional de OVO. En entrevista con Publimetro, compartió cómo pasó de la danza clásica al universo acrobático del Cirque du Soleil.
“Creo que fue una búsqueda de algo nuevo, porque ya había bailado profesionalmente por mucho tiempo y quería expandir mis sueños. Pensé: ¿y si pudiera bailar en el aire? Mi mejor amiga y yo trajimos nuestra conexión de la danza al circo y nos especializamos en el dúo de cintas. En OVO somos las polillas, las mariposas de la noche; cuando estamos juntos, nuestro baile realmente empieza a volar”, explicó.
Lea Plaza resalta la diferencia entre un espectáculo tradicional de danza y el arte circense.
“El Cirque du Soleil tiene esa estética de lo imposible, de lo que te deja con la boca abierta. Todavía puedes sentir el sabor del baile, pero luego te sorprendes porque estás viendo acrobacias en el aire. Además, en nuestro número, el rol de la base cambia: mi compañera me sostiene tanto como yo a ella. Es un mensaje hermoso sobre cómo podemos apoyarnos mutuamente”.
Un mundo visto desde una lupa
“OVO es como traer una lupa al jardín”, contó Ernesto. “Cada insecto tiene su familia, su forma de moverse, de expresarse. Es como imaginar por dos horas cómo sería vivir en un mundo de bichos. Es muy divertido y colorido”.
El artista, que lleva poco más de un año con la compañía, añadió entre risas.
“Con mi compañera somos las mariposas de la noche. Nuestro vestuario brilla con las luces y se ve precioso, como esos bichitos de luz que ves en la oscuridad. Es un show muy feliz, muy fácil de disfrutar por toda la familia”.
Eso sí, confesó que fuera del escenario, los insectos reales no son lo suyo.
“Ay no, yo no puedo con los insectos. Con los de OVO sí, porque son amigables, pero los de la vida real me dan miedo. Incluso me encanta México, pero le tengo mucho respeto a las iguanas, siento que me miran y me sacan la lengua”, bromeó.
Orgullo latino en el escenario
A unos días de iniciar la gira por México, el artista comparte su emoción por presentarse ante el público mexicano.
“Siento ansiedad, pero también emoción por hacer un buen trabajo para la comunidad latina. Las audiencias mexicanas tienen mucho amor por el circo, y se siente desde el escenario. Además, para mí es un honor representar a los latinos en una compañía tan grande. Quiero que cualquier niño que vea el show sepa que también puede estar ahí algún día”.
Una familia de bichos… y de artistas
Durante su tiempo en OVO, Ernesto ha convivido con artistas y técnicos de todo el mundo.
“Es un orgullo trabajar con gente tan talentosa. Comemos cosas diferentes, escuchamos música distinta, pero al final del día somos iguales. Como los insectos del show, somos una comunidad, una familia. Es lindo ver que esas barreras no existen”.



Ritual antes de volar
El argentino mantiene una rutina disciplinada antes de cada función.
“La danza clásica me dio mucha disciplina. Como dos horas antes del show, hago calentamiento con pilates —también soy el profesor del elenco— y luego me tomo media hora para el maquillaje. Es un ritual para sentirme bien. Antes de salir al escenario hablo con mi compañera sobre cómo nos sentimos, y luego simplemente… nos transformamos en insectos”.
Finalmente, Ernesto invita al público mexicano a no perderse el espectáculo: “Se van a sentir identificados con la alegría, el color y la pasión que hay en escena. No van a creer lo que ven sus ojos, en el aire, en el piso, por todos lados. OVO es un show que te llena de felicidad”.

Fechas en México
16 al 19 de octubre – Arena Monterrey
5 al 9 de noviembre – Arena VFG, Guadalajara
12 al 23 de noviembre – Palacio de los Deportes, CDMX