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Guillermo Arriaga: “Había una enemistad feroz con Alejandro González Iñárritu”

El guionista revive las emociones, los conflictos y el legado de una película que marcó generaciones

Entrevista
Guillermo Arriaga reflexiona sobre la amistad, el riesgo y la fuerza de contar historias propias. (Foto: Cortesía)

Guillermo Arriaga vive momentos especiales en su carrera. No solo porque sigue en su oficio de escritor, guionista y director, sino porque está en una etapa de reconciliación con la vida. El cineasta mexicano se sentó con Publimetro para hablar de estos sentimientos encontrados que le provocan las celebraciones por el 25 aniversario de Amores perros y el reencuentro con Alejandro González Iñárritu, tras largos años de distanciamiento y diferencias personales.

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Guillermo Arriaga reflexiona sobre la amistad, el riesgo y la fuerza de contar historias propias. (Foto: Cortesía)

Arriaga confesó que todavía sigue asimilando todo lo que vivió el día de la función de Aniversario de Amores perros y el concierto de Gustavo Santaolalla en el Palacio de Bellas Artes (CDMX): un reencuentro de amigos, emociones, pero sobre todo, de reconciliaciones.

¿Cómo has vivido estas actividades por los 25 años de Amores perros?

— Mira, quiero decirte tres cosas. La primera, que todo el equipo, los que hicimos Amores perros, estamos muy contentos de celebrar 25 años y que esa celebración se haya dado en el marco de Bellas Artes. Bellas Artes no es cualquier cosa, no es así como que nos estrenaron en cualquier lugar. Fue Bellas Artes, y el peso que eso tiene y la alegría que eso nos brinda, que haya sido ahí, ¿sabes? Eso es lo primero que quiero resaltar.

La segunda, que MUBI haya tomado la película y que se reestrene en cines en México y otros países de América Latina. Cinépolis está detrás también de esto, la película va al Festival de Morelia, y estamos muy contentos de haber encontrado un distribuidor adecuado como MUBI. La película la van a ver nuevas generaciones, y eso nos tiene muy emocionados a todos los que la hicimos.

Y tercero, que Alejandro y yo dimos una muestra de que, a pesar de que había una enemistad feroz, termina por prevalecer la fraternidad y el cariño. Terminamos dándonos ese abrazo en nuestro país, con nuestra gente, y nada más ni nada menos que en Bellas Artes.

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Guillermo Arriaga reflexiona sobre la amistad, el riesgo y la fuerza de contar historias propias. (Foto: Cortesía)

En estos 25 años se han contado muchas leyendas del rodaje. ¿Hay alguna, poco conocida, que te gustaría rescatar hoy?

— Pues mira, quizás la más conocida es El choque, que nunca imaginamos que iba a ser tan brutal como resultó. Yo me acuerdo la adrenalina que teníamos todos. Estaba ahí con Maru, mi esposa, y María Ilaria, la esposa de Alejandro. Todos con el corazón saltándonos. Se nos acababa el tiempo, se acababa la luz. Había habido un ensayo previo y hubo un choque y hubo que ojalá te arrapido el otro carro. Fue muy, muy, muy emocionante.

Y luego hay una anécdota que ya he contado que es muy bonita. En el postchoque, cuando Goya Toledo está llena de vidrios, gritando, llena de sangre, él se está ahogando y está muerto Humberto Bustos. Mis hijos estaban muy chiquitos, Mariana debía tener ocho años y Santiago seis, y estaban muy impresionados viendo. Pues imagínate, a ella llena de sangre y todo eso.

Mi hija me pidió ir a caminar. Le dije: “hija, pero es que está la filmación”. Me dijo: “no, quiero caminar”. Entonces nos fuimos agarrados de la mano. Me dice: “papá, ¿por qué filman eso?”. Le dije: “porque ellos filman eso, es algo que yo escribí”. Y me dice: “¿y por qué escribiste eso?”.

Le contesté: “porque es lo que traigo en el corazón”. Y me dijo: “pues qué corazón tan horrible debes de tener”. Estaba muy impresionada mi chiquita. Y bueno, pues ahora ya es directora de cine junto con su hermano Santiago. Ya recordábamos la anécdota Mariana y yo.

¿Hubo alguna restauración o decisión creativa especial para esta nueva versión?

— Sí, Alejandro, Rodrigo y Martín Hernández se reunieron para remasterizar la película, para que el sonido quedara perfecto, para que la imagen quedara perfecta. Parece que la sacamos del horno ayer.

Rodrigo fue muy cuidadoso en restaurar la imagen; obviamente Alejandro y Martín Hernández en reconstruir todo el sonido para que, ahora que se reestrena en salas, la gente tenga la mejor experiencia.

Tengo entendido que va a haber una proyección en 35 milímetros en la Cineteca, y en las salas comerciales va a haber esta copia remasterizada. Quedó, la verdad, muy bonita la película.

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Guillermo Arriaga reflexiona sobre la amistad, el riesgo y la fuerza de contar historias propias. (Foto: Cortesía)
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Guillermo Arriaga reflexiona sobre la amistad, el riesgo y la fuerza de contar historias propias. (Foto: Cortesía)

Si escribieras Amores perros hoy, ¿qué cambiarías y qué no tocarías jamás?

— No tocaría nada de lo que está en la película, nada. Porque, para empezar, la persona que la escribió en ese entonces es una persona distinta a la que soy ahora, y tengo que respetar lo que esa persona pudo hacer en ese momento. Ahora, pues no nos fue mal.

Sigue siendo una película muy actual, donde la violencia, el amor y la pérdida siguen resonando. ¿Cómo ves esa vigencia?

— Yo creo que los que la vieron hace 25 años la van a ver otra vez con cariño. Tú sabes, creó un gran revuelo esta película. Me acuerdo que no dejaban entrar a menores de 18 años, ponían inspectores en la sala, y mucha gente compraba boletos para una película de animación. Muchachitos de 13 y 14 se escapaban a verla.

Acabo de hacer una gira por España, Colombia y Perú, y muchos jóvenes, te hablo de gente que tenía menos de 7 años cuando salió la película, me decían que era su favorita.

Les decía: “pero ustedes no habían ni nacido, ¿cómo la vieron?”. “No, es que la vimos en pantalla, nos la pasan en las escuelas”. Amores perros, te lo puedo decir porque he viajado alrededor del mundo, es de las primeras películas que analizan en escuelas de cine en la India, en Bélgica, en España o en Argentina. Me han dicho: “vimos Amores perros porque nos la pasan en clases de cine”. Es muy emocionante, la verdad.

¿Qué enseñanza te dejó esta película como creador y como persona?

— Lo que me dejó es que vale la pena arriesgarse. Amores perros era una película muy arriesgada. Segunda, creo que no solamente fue una enseñanza para mí, fue una enseñanza para muchos: que las historias que tenemos en nuestros países valen la pena ser contadas, y que no tenemos que copiar el estilo de ninguna cinematografía. Que podamos hacer cosas originales con nuestras propias historias.

Recuerdo que yo iba a las salas de cine y pedía que me prestaran un micrófono. Decía: “Hola, ¿qué tal? Soy el escritor de la película, quiero saber su opinión”. Y los agarraba apenas terminando los créditos.

Me decían: “ya era hora, queríamos ver películas que nos reflejaran, que usaran nuestro lenguaje, nuestros rostros, nuestras calles, nuestras historias”.

Y luego, cuando fuimos con la película a Cannes, una mujer de Vietnam me dijo: “es la historia de mi vida”. Le decía: “pero si estoy hablando de la Unidad Modelo de mi barrio”. Y me respondió: “pues no, es también la mía”. Luego una mujer de Finlandia y tipos de Australia me decían: “refleja mucho de mi vida”. Y eso termina por confirmar lo que decía Faulkner: “si quieres ser universal, habla de tu vecino”.

Fechas del reestreno

9 de octubre: versión especial en 35 mm disponible en la Cineteca Nacional (Ciudad de México) y la Cineteca FICG (Guadalajara).

24 de octubre: estreno en la plataforma MUBI.

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Guillermo Arriaga reflexiona sobre la amistad, el riesgo y la fuerza de contar historias propias. (Foto: Cortesía)

Claves sonoras

Música. El score compuesto por Gustavo Santaolalla, la curaduría musical de Lynn Fainchtein y las canciones inspiradas por una de las historias más importantes del cine hispanoparlante estarán disponibles en formato vinilo y en ediciones digitales especiales en diciembre.

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