La noche del sábado, Yuri volvió a conquistar a su público tapatío con un concierto lleno de emociones, risas y mensajes de empoderamiento femenino. La cantante veracruzana demostró que sigue siendo una de las artistas más completas del pop latino, combinando su potente voz con su característico sentido del humor y una visión sincera —y sin filtros— sobre la vida, el amor y la madurez.
Con su chispa inconfundible, Yuri no tardó en arrancar carcajadas al hablar de los estragos del paso del tiempo.“Abanico menopáusico, hasta para los muchachos, mira. Así que chicas, divorciadas, preciosas, usted no se preocupe. Si el hombre salió malo, salió deteriorado”, dijo entre risas, provocando ovaciones de las mujeres que coreaban sus éxitos.
El público, compuesto en gran parte por mujeres que crecieron con su música, celebró que la intérprete de Maldita primavera hablara sin tapujos sobre temas como la menopausia, las rupturas amorosas y la independencia femenina.
“Yo no rayo paredes, yo canto”
Entre bromas y reflexiones, Yuri también habló sobre su postura frente al feminismo.“Yo no soy feminista, respeto mucho a las feministas que rayan y todo ese rollo. Pero yo no rayo, yo canto y hablo. No hace falta rayar paredes, ¿ok?”, expresó con firmeza, generando reacciones diversas entre el público, aunque todas acompañadas de aplausos.
Y añadió con ironía:“La mujer debe cocinarle al marido. ¿Por qué? Porque la Convención de Ginebra dice que todo prisionero tiene derecho a una comida caliente”, provocando carcajadas generalizadas.
Recuerdos, nostalgia y un guiño a Kalimba
En otro momento de la noche, la cantante recordó sus años de televisión y mencionó con cariño a Kalimba, con quien compartió proyectos cuando él era niño.“Pongan atención quién es ese niño. Tenía seis años… ¡era Kalimba! A mi pobre muchacho me lo están hasta metiendo al bote por caliente”, comentó en tono de broma, mientras el público respondía con gritos y risas.
Entre música y mensajes poderosos
Durante más de dos horas, Yuri combinó temas emblemáticos como Detrás de mi ventana, Es ella más que yo y ¿Qué te pasa? con anécdotas personales que conectaron profundamente con su audiencia. El concierto fue una mezcla de nostalgia, energía y reflexión sobre las etapas de la mujer, el amor propio y el valor de reírse de uno mismo.
