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Jeremy Allen White: “Bruce Springsteen me dio el permiso de hacer su historia mía”

El actor reflexiona sobre la cinta que retrata la creación del icónico álbum Nebraska y que llega a las salas de cine en México

Entrevista
Jeremy Allen White (Foto: Cortesía)

El actor estadounidense Jeremy Allen White, conocido por su multipremiado papel en The Bear, dio un nuevo salto en su carrera al interpretar a Bruce Springsteen en la película Bruce Springsteen: Música de ninguna parte.

Dirigida por Scott Cooper y basada en el libro Deliver Me from Nowhere de Warren Zanes, la cinta explora el proceso creativo detrás de Nebraska (1982), un álbum grabado en la habitación del propio Springsteen, con una grabadora de cuatro pistas y un tono profundamente íntimo, oscuro y humano.

Mientras promociona la cinta, Jeremy Alleen White sorprendió al confirmar su participación en The Mandalorian & Grogu, donde interpretará a Rotta the Hutt, personaje perteneciente a la poderosa familia de Jabba.

En esta charla con Publimetro, el actor compartió su proceso para encarnar a El Jefe y cómo esta experiencia lo transformó tanto artística como emocionalmente.

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Jeremy Allen White se confiesa ante uno de los retos más grandes en su carrera (20th Century Studios)

¿Cómo te involucraste en este película y cuál fue tu reacción inicial cuando te enteraste de que los realizadores querían que interpretaras a Bruce Springsteen?

— Tuve una reunión general con Scott Cooper un par de meses antes de ni siquiera escuchar hablar sobre este proyecto, y yo estaba muy entusiasmado con la posibilidad de trabajar con Scott, pero no sabía en qué forma sería… si es que ocurría. Luego uno de mis agentes me envió una guitarra a Chicago, donde yo estaba rodando The Bear, y me dijo: “deberías probar tocar un poco y escuchar el álbum Nebraska”. Yo ya había escuchado el álbum, pero no demasiado tiempo. Poco después, supe lo que se venía.

Creo que cuando hablé por primera vez con Scott sobre la idea de interpretar a Bruce, estaba nervioso. Era emocionante, porque soy un gran fan de Bruce, pero también abrumador porque hay una gran presión al interpretar a una persona viva, ni hablar si se trata de alguien tan famoso y querido como Bruce. Además, fuera de cantar en la ducha o a solas en mi auto, jamás había cantado realmente ni mucho menos tocado la guitarra.

<i>“La historia es importante para mí porque muestra a alguien que ha sido admirado durante tanto tiempo, cuya música todos conocen, pero cuya historia personal quizás no. Es valiente de su parte permitirnos mostrarlo en su momento más vulnerable”.</i>

—  Jeremy Allen White

Parecía mucho. Pero luego leí el guion y descubrí el tipo de película que quería hacer Scott, centrada en una etapa muy específica de la vida de Bruce. Teníamos la oportunidad de contar esta historia específica de Bruce Springsteen, pero con la posibilidad de sacarlo un poco de su propia historia. Podía abordar el papel como el de un hombre en una encrucijada en su vida. Y creo que hacerlo de esa manera me dio la confianza para tomar la guitarra y emprender ese viaje musical que necesitaba para encarnar el papel.

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Jeremy Allen White se confiesa ante uno de los retos más grandes en su carrera (20th Century Studios/20TH CENTURY STUDIOS)

¿Con qué fue con lo que más te identificaste de este capítulo específico de la vida de Bruce?

— Lo que me entusiasmaba era que sentía que estábamos corriendo el velo de una experiencia profundamente personal para todo músico, que es el viaje creativo que implica hacer un disco. No sé si se ha hecho algo así en los últimos tiempos, fuera del formato documental, donde se nos invite a adentrarnos tan profundamente en el proceso de creación de un disco, y en especial uno como Nebraska, que es tan personal.

Aparte de eso, recuerdo la primera vez que me reuní con Bruce. Pude hacerle algunas preguntas y él de inmediato se mostró abierto y franco conmigo. Una de esas preguntas era acerca de la feria del condado cuando se fue de Nueva Jersey para dirigirse a Los Ángeles pensando que tal vez eso podría resolver algunos de los problemas que estaba teniendo. Le pregunté por su ataque de pánico y me dijo que se había sentido fuera de su cuerpo en ese momento. Se sentía como un espectador de su propia vida y eso le había parecido aterrador, no estar verdaderamente presente.

Ese fue un sentimiento con el que me sentí identificado. Era un miedo y una ansiedad con los que había estado luchando todo el año previo a hacer esta película. Así que poder explorar cómo se llega a sentir algo así y, más importante aún, las decisiones que tomas después de haber podido contextualizar ese sentimiento, fue algo muy importante para mí.

Cuando tomas un papel como éste, te preguntas: “¿qué tengo en común con este ícono del rock?”. Es difícil trazar esas comparaciones y encontrar por dónde entrar al papel. Y creo que, en esa conversación, se me abrió una puerta.

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Jeremy Allen White se confiesa ante uno de los retos más grandes en su carrera (20th Century Studios/20TH CENTURY STUDIOS)

¿Cómo fue tu proceso de preparación e investigación?

— Por supuesto, me familiaricé con el libro de Warren Deliver Me from Nowhere y escuché las memorias de Bruce Born to Run para conocer su vida a fondo. Vi videos y entrevistas de esa época, de fines de los setenta y principios de los ochenta. Había un video en particular —The Old Grey Whistle Test— grabado después de un concierto, que me pareció muy cercano al Bruce de la película. También estudié su presentación de Born to Run en Tempe, Arizona, y hablé con figuras clave como Jimmy Lovine, Jon Landau y, sobre todo, con Patti, su esposa, quien aportó una visión muy personal sobre ese momento de su vida.

Gran parte de la investigación giró en torno a su infancia y a su relación con su padre, elementos que Bruce aborda profundamente en su espectáculo unipersonal.

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Jeremy Allen White se confiesa ante uno de los retos más grandes en su carrera (20th Century Studios/Macall Polay)

¿Cómo fue el entrenamiento musical que recibiste para la película?

— Recuerdo la primera vez que me reuní con Dave Cobb, el supervisor musical. Le dije que nunca había tocado la guitarra, y la preocupación en su rostro fue evidente [ríe]. Me presentó a J.D. Simo, un guitarrista de Nashville, y empecé a reunirme con él cuatro o cinco veces a la semana.

Luego trabajé el canto con Eric Vitro, un legendario coach vocal que me enseñó a verme como un instrumento. Al principio estaba nervioso, pero pronto me sentí seguro con él. Descubrí que, una vez que hacía mías las canciones, la idea de sonar exactamente como Bruce dejó de ser importante. Cantar desde un lugar honesto resultó más convincente que intentar una imitación.

¿Cómo fue pasar de cantar solo en la ducha a interpretar Born to Run o Born in the USA frente a la cámara?

— Fue un gran salto. Estas canciones fueron pregrabadas y son muy difíciles incluso en estudio. Recuerdo que Born in the USA me provocaba migrañas terribles por la forma de respirar, porque intentaba cantar desde el pecho para capturar esa energía.

Una noche vi a Bruce y le conté que había perdido la voz grabando esa canción. Me dijo: “suena a que fue bastante bien…” [ríe]. Al poco tiempo recuperé la voz y, de hecho, me gustó cómo sonaba. Durante días gritaba en una almohada para lograr cierta ronquera hasta que mi coach vocal me hizo parar.

Más allá de esas canciones, Nebraska tiene una intimidad especial. Grabarlas solo en una habitación me hizo sentir muy cerca de Bruce. Lo más difícil fue capturar al dios del rock; lo más fácil, al hombre.

¿Cómo fue trabajar con Bruce Springsteen?

— Me impresionó lo disponible, honesto y generoso que fue desde el principio. Cuando escuchó las grabaciones me dijo: “suenas como yo, pero la estás haciendo tuya. Estás cantando la canción”. Me dio permiso para hacerlo mío, y eso fue esencial.

Recorrimos juntos Freehold, Nueva Jersey, su ciudad natal, y cené con él y Patti. Bruce también estuvo presente durante gran parte del rodaje: siempre disponible, pero respetando mi proceso. Hubo un entendimiento tácito entre nosotros, y ese equilibrio fue perfecto.

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Jeremy Allen White se confiesa ante uno de los retos más grandes en su carrera (20th Century Studios/Kevin Mazur/Getty Images for 20t)

¿Qué efecto esperas que la película tenga en los espectadores?

— Bruce creció en una época donde no se hablaba de salud mental. Vio a su padre luchar toda su vida con eso. Espero que la gente salga del cine con esperanza: al ver que incluso alguien a quien admiran tanto puede tocar fondo… y salir fortalecido después.

¿Cuándo llega a las salas de cine?

23 de octubre se estrena en cines.

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