Desde que Aldo de Nigris conquistó la tercera temporada de La Casa de los Famosos México, las redes sociales no han dejado de hablar de él, su trayectoria y, por supuesto, de su familia. Admirado por su galanura y carisma, muchos se preguntaban qué haría con el premio de 4 millones de pesos tras proclamarse ganador. Sin embargo, lo que nadie esperaba era ver a su mamá, Leticia Guajardo, atendiendo un puesto de ropa, zapatos y accesorios en el tianguis de la colonia La Consti en Monterrey, provocando una ola de comentarios y risas entre usuarios.
Humor y dignidad en cada venta
La imagen de Leticia, luciendo una camiseta con la foto de su hijo, rápidamente se viralizó gracias a una cuenta de Instagram que la captó mientras acomodaba prendas y saludaba a los clientes. Lejos de sentirse afectada por las críticas, la señora Guajardo respondió con su característico humor: “Yo el hate, me vale madr** el hate a mí, me vale madr**”, recreando un audio que se volvió viral y mostrando que sus ocurrencias parecen haberlas heredado directamente de Aldo.
Los comentarios en redes se dividieron entre quienes la celebraban y quienes criticaban que, tras el triunfo de su hijo, debería dedicarse a otra vida más cómoda. Sin embargo, Leticia dejó claro que para ella, trabajar no es motivo de vergüenza, sino un orgullo. En sus historias de Instagram comentó con entusiasmo: “Estamos aquí, la gente bien buena. Todos apoyaron a Aldito y yo estoy súper feliz. Ando viendo unas cositas bien padres que me van a dar. Bien padre todo, todo bien bonito”.
El gesto de Aldo también fue discreto pero significativo. Aunque no hizo declaraciones públicas, mostró su respaldo dando “like” a la publicación, una señal de apoyo que muchos interpretaron como orgullo y admiración hacia la sencillez y el esfuerzo de su madre.
Una lección de perseverancia y valores familiares
Más allá del humor y la viralidad, la historia de Leticia Guajardo nos recuerda la dignidad del trabajo honrado. Atender un tianguis no es solo un medio para obtener ingresos, sino un ejemplo de constancia, esfuerzo y responsabilidad, valores que ha inculcado en su hijo.

“Principalmente que le inculque los valores, el valor de querer a la familia, de querer la unión familiar, de ser trabajador, de ser honesto… y la familia es la que da esa educación”, comentó en una entrevista Victoria Ruffo sobre cómo enseña su propia familia, reflejando que estos principios son universales y trascienden cualquier estatus o fama.
Ver a la madre de un personaje público exitoso trabajando en un tianguis también dignifica las labores cotidianas de millones de mujeres en México, que con creatividad, ingenio y constancia buscan salir adelante día a día. Su actitud desenfadada ante la crítica y su disposición a compartir con los demás, ya sea saludando o posando para fotos, conecta con un público que reconoce que el esfuerzo, el humor y la humildad no se compran, y que el verdadero éxito familiar se mide en valores y cercanía, no solo en dinero.
Leticia Guajardo, con su carisma y autenticidad, se ha convertido en un símbolo de la sencillez que puede coexistir con la fama de un hijo, demostrando que los logros de Aldo de Nigris no borran la importancia de la vida cotidiana ni el orgullo de trabajar con dignidad.

