Aída Cuevas, conocida como “La reina de la música ranchera” y “La máxima exponente de la música mexicana”, se encuentra en el punto cumbre de su carrera al celebrar 50 años de trayectoria artística. Para coronar este hito, “La voz de México” será la madrina oficial de la histórica “Fiesta del Siglo”, un magno concierto que conmemora los 100 años del icónico Salón Tenampa.
La celebración, que promete ser el concierto más mexicano, se llevará a cabo el próximo 22 de noviembre en el lienzo charro de Constituyentes. La cantante expresó el profundo orgullo que siente por esta invitación, señalando que el Tenampa es un lugar histórico, la “cuna de la música ranchera”, y un recinto testigo del legado de leyendas como José Alfredo Jiménez, Jorge Negrete, y Javier Solís: “Me llena de orgullo que me hayan invitado a cantar; que me hayan hecho la madrina oficial de estos 100 años. Para mí es un honor”, dijo en entrevista con Publimetro.
Medio siglo lleno de éxitos musicales
La carrera de Cuevas comenzó de manera precoz, cantando en concursos a la edad de 11 años y debutando a nivel nacional en 1975 en el programa de radio “El Taller XEW” cuando tenía solo 12 años.
A lo largo de estas cinco décadas, Cuevas ha cosechado una impresionante lista de logros: más de 40 discos grabados, múltiples discos de oro y el reconocimiento de presidentes, reyes y gobiernos. Es la única mujer del género mariachi en poseer tanto el Grammy como el Latin Grammy, y la primera mexicana en ganar el Grammy americano. Además, recientemente hizo historia al ser la primera mexicana en cantar en el Carnegie Hall en Nueva York.
Durante la entrevista, Aída Cuevas reflexionó sobre su trayectoria, catalogándola como una carrera de “resistencia”. Recordó las dificultades iniciales, como las disqueras que no querían grabarla, o las trabas que le ponían.
La intérprete ha sido una figura clave para abrir espacios en un género que históricamente ha sido dominado por hombres y catalogado como “totalmente de hombres, de machos”. Su trabajo ha permitido que cantantes más jóvenes, como Majo Aguilar o su propia hija, incursionen en la música mexicana.
La cantante, a pesar de considerarse “muy ortodoxa” en cuanto al uso del traje de charro y la pureza del mariachi, entiende la necesidad de la innovación para atraer a las nuevas generaciones. Ella misma ha sido pionera en fusiones y arreglos novedosos.
En 2010, ganó el Latin Grammy con una mezcla de tango y mariachi. Hace cinco años, empezó a “picar piedra” al introducir el mariachi con orquesta sinfónica.
Ahora, con 50 años de trabajo ininterrumpido, la artista es más selectiva. Sabe que las decisiones sobre qué grabar constituyen un “legado que deja uno”. Sus motivaciones continúan siendo sus hijos, sus nietos, y su fe en la Virgen de Guadalupe, a quien lleva 46 años cantándole sin interrupción.
Su objetivo es siempre dejar una huella y seguir poniendo un “granito de arena” para que la música tradicional siga sonando.
Al ser cuestionada sobre qué le diría a la Aída Cuevas que comenzaba su camino, la artista expresó gratitud por haber escuchado los consejos de su padre, quien vendió su coche para grabar su primer disco, y por no haber tirado la toalla, incluso en momentos difíciles, como hace 20 años.
Finalmente, su consejo para las mujeres que buscan vivir de la música es contundente: estudiar y prepararse. Enfatizó que la voz es un músculo que se atrofia con los años, por lo que la vocalización y la preparación musical son básicas en esta carrera.
Considerada una leyenda viviente y la última gran reina del género ranchero, Aída Cuevas se presentará el 22 de noviembre para festejar sus cinco décadas y los 100 años de Salón Tenampa, prometiendo un espectáculo inolvidable.

