El tercer día de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) reunió a figuras de la literatura, la política y la música. En uno de los salones de entrevistas, Publimetro se encontró con Amanda Lalena Escalante, mejor conocida como Amandititita, quien presentó Un día contaré esta historia, un libro que —como ella misma reconoció— llegó en el momento exacto.
La autora recordó la fuerza con la que la narrativa la llamó a escribir. “Llegó el día que cuentas esta historia, que desde las primeras páginas… yo cuando empecé a leerlo, empecé a imaginar en mi mente esa niña, ese viaje de esa niña, pero también una niña muy vulnerable, pero también valiente”, señaló. Para ella, el libro nació en el instante preciso: “El libro tenía que salir y esta historia tenía que salir cuando tenía que salir… salió en el 40 aniversario del terremoto y el día que firmé el contrato fue el 19 de septiembre del año pasado. Todo ha tenido una sincronicidad desde el inicio de mi vida”.
<i>“Mi vida está dedicada a las historias y alentar a la gente a que escriba historias, o sea, eso es como parte de mi misión”</i>
— Amanda
Amandititita reconoció que escribirlo fue un acto de liberación profunda.
“De alguna manera sí me siento liberada, sobre todo porque era un pendiente enorme que tenía con la vida, que tenía conmigo misma y que no me estaba dejando avanzar… no me podría morir tranquila si no hubiera hecho este libro”.
Pese a ser una figura pública, asumió la responsabilidad total de contar su historia.
“Desde niña pacté un día contar esta historia y ese mantra ya se había vuelto muy pesado en mi cabeza”.
Las páginas más dolorosas
En su relato, admitió que la infancia fue el tramo más difícil de abordar. “Los primeros capítulos, la infancia por supuesto, porque eran cosas que no sabía nadie de mí… hay cosas escritas ahí que yo no le había dicho ni a un terapeuta”.
Confesó que escribir fue exponer heridas profundas: “Los había anulado, escondido bajo escombros, sin embargo estaban doliendo… Fue horrible, sobre todo los primeros capítulos… fue como un trance, como que lo solté todo y no lo he vuelto a ver”.
Aun así, aseguró que no se arrepiente. “Fue difícil sí, pero no me arrepiento para nada, me sentí muy bien de haberlo hecho”.
La autora agregó que su libro conecta con realidades que viven miles de personas en el país.
“Todavía se tiene mucho que hablar sobre derechos infantiles, sobre alcoholismo, sobre padres adictos, sobre padres narcisistas, sobre violencia intrafamiliar… siento que en esos temas sí soy muy parecida a mucha gente que el día de hoy los está experimentando”.
Sobre esta dimensión social añadió: “Se tienen que hablar no desde la superioridad moral… sino de alguien que lo ha vivido y que te puede decir por qué es tan importante”.
Entre la fe, la escritura y la transformación
Para Amanda, la espiritualidad fue decisiva: “A mí lo que me transformó fue Dios… la literatura no te salva la vida cuando la escribes ni cuando la lees; te guía un camino, pero solo te transforma Dios”.
Tras publicar, sintió un desbloqueo creativo. “Estoy escribiendo muchísimo, muy rápido… se me quitó literal un bloque de cemento que traía yo”.
También reflexionó sobre la vergüenza y la identidad.
“En este libro hablo mucho de la vergüenza que me daba ser pobre, de la vergüenza que me daba no ser reconocida… Cuando publicas un libro y cuentas tu historia, te das cuenta que tanta gente está por lo mismo”.
Una mujer, muchas facetas
La autora se rió al reconocer sus múltiples rostros públicos.
“Tengo una personalidad en cada red social… en TikTok soy una persona que canta y baila con un gatito, pero en Instagram soy súper seria”.
También habló de su personaje artístico: “Como Amandita puedo ser este personaje que me pongo lentes oscuros y soy súper energéticamente fuerte… pero me gusta despertar en mi casa con mi pijama, orar con mis gatos, con mi pareja”.
La paz personal es ahora su brújula: “Si ahorita me dices que me desligue de todo lo público, no hay problema, porque mi paz es mi prioridad”.
Sus gatos, contó entre risas, se llaman Picaña y Chichito: “Les puse nombres más interesantes, pero con los que responden”.
Historias por venir
Amandititita siente que aún hay relatos futuros. “Tal vez sí… no del pasado, porque ahí ya está todo. Nuevas cosas: el amor, el cuerpo, la vida adulta, las amistades”.
El 2026 la encuentra en plena creación: “Voy a sacar mi nuevo disco… y espero seguir teniendo la oportunidad de escribir más libros. Mi vida está dedicada a las historias y a alentar a la gente a que escriba”.
El recuerdo que guardaría para siempre
Si pudiera conservar un solo instante, sería uno con su padre: “Sería una navidad con mi papá… quizás mi última, un año antes del temblor… esa noche se quedó a dormir”.
El diálogo cerró con un reconocimiento a la valentía con la que la autora comparte su memoria, su dolor y su luz. Contar, para ella, ha sido un acto de supervivencia, y ahora también, un puente hacia otros.