Netflix sacudió a la industria global del cine, la televisión y el streaming al anunciar la compra de Warner Bros., un movimiento sin precedentes que redefine por completo el mapa del entretenimiento mundial.
La operación, dada a conocer en canales oficiales de la compañía, involucra a estudios históricos, catálogos icónicos y marcas de enorme peso cultural.
El acuerdo incluye los estudios de cine y televisión de Warner Bros., el catálogo completo de HBO y HBO Max, franquicias como Harry Potter, DC, Game of Thrones, así como divisiones de producción que durante décadas han sido pilares de Hollywood.
El precio oficial: Netflix pagará más de 82 mil millones de dólares
En su comunicado dirigido a inversionistas, Netflix confirmó que la adquisición fue pactada bajo una estructura combinada de efectivo y acciones.
El precio quedó definido así:
- Valor empresarial (Enterprise Value): 82.7 mil millones de dólares.
- Valor patrimonial (Equity Value): 72 mil millones de dólares.
- Precio por acción de Warner Bros. Discovery: 27.75 dólares, sujeto a un collar financiero que protege el valor de la transacción ante fluctuaciones del mercado.
La magnitud del monto coloca esta compra como la operación más grande en la historia moderna del entretenimiento, superando fusiones y adquisiciones previas entre estudios y conglomerados mediáticos.
¿Qué sigue para Netflix y Warner Bros.?
Aunque la compra ya fue anunciada oficialmente, su cierre dependerá de la aprobación de los reguladores en Estados Unidos y otros países. El proceso se concretará después de que Warner Bros. concluya la separación de su división Discovery Global, prevista para los próximos meses.
Netflix adelantó que mantendrá el modelo de estrenos cinematográficos de Warner Bros. y que buscará integrar sus propiedades —incluyendo las de HBO— en una estrategia de contenidos que combine la fortaleza del cine tradicional con el alcance del streaming.
La compañía también señaló que la operación permitirá construir “la oferta de entretenimiento más robusta para audiencias globales”, aunque sin eliminar la identidad de marcas como Warner, HBO o DC.

