Una intensa ola de críticas envolvió a Bu Cuarón tras su presentación como acto de apertura en el concierto de Dua Lipa en la Ciudad de México. Lo que se proyectó como su gran debut ante una audiencia masiva se transformó rápidamente en una polémica, donde usuarios la acusaron de nepotismo y cuestionaron severamente su identidad nacional debido a su acento al hablar español.
El descontento detonó cuando la joven subió al escenario del Estadio GNP Seguros. En redes sociales, miles de asistentes y observadores señalaron que su inclusión en uno de los eventos más importantes del año respondió a la influencia de su padre, el aclamado cineasta Alfonso Cuarón, y no a méritos propios o a una trayectoria consolidada.
La etiqueta de “nepo baby” dominó la conversación, bajo el argumento de que existían numerosos artistas locales emergentes con mayor recorrido que merecían esa plataforma, la cual fue ocupada por alguien con acceso privilegiado a la industria.
Sin embargo, el rechazo no se limitó a las acusaciones de influyentismo. La audiencia también “canceló” a la cantante por lo que percibieron como una falta de “cariño por el país”. Al interactuar con el público, su acento y manejo del idioma evidenciaron una realidad multicultural que chocó con las expectativas de los fans locales.
Los críticos pasaron por alto que Bu Cuarón nació en Londres, Inglaterra, en 2003, lo que le otorgó la nacionalidad británica de origen, y que su crianza no ocurrió en territorio mexicano.
Su formación se dividió entre el Reino Unido, Italia, país de su madre Annalisa Bugliani y los sets de filmación internacionales de su padre. Aunque Bu mantuvo un vínculo cultural con México y heredó la nacionalidad, su entorno cotidiano estuvo siempre dominado por el inglés y el italiano.
El español lo adquirió en un contexto doméstico, lo que explicó la cadencia extranjera que irritó a un sector del público.
La controversia expuso la fricción entre una artista de identidad global y un público que exigió meritocracia y una identidad nacional más tradicional. Al final, la narrativa del evento se centró en juzgar su apellido y su origen, eclipsando su esfuerzo por conectar con las raíces de su padre en su primera gran presentación en la capital.