Este martes 10 de diciembre, la capital mexicana se ha convertido en el epicentro de la música urbana. Mientras miles de fanáticos se congregan para el inicio de la esperada gira de Bad Bunny en la Ciudad de México, una coincidencia geográfica ha encendido las redes sociales con especulaciones sobre una sorpresa mayúscula en el escenario.
J Balvin, el astro colombiano, confirmó su presencia en la ciudad mediante sus historias de Instagram, lo que detonó teorías inmediatas sobre un posible reencuentro artístico.
El “Conejo Malo” arranca hoy sus presentaciones en la capital, un evento que marca el cierre de un ciclo exitoso de conciertos en estadios.
La expectativa por ver qué invitados especiales acompañarían al puertorriqueño ha sido un tema constante de conversación. Fue en este contexto de ansiedad pre-concierto que la publicación de J Balvin en suelo mexicano se interpretó como una señal inequívoca.
Los internautas no tardaron en conectar los puntos, sugiriendo que las diferencias del pasado habían quedado atrás y que ambos interpretarían los éxitos de su aclamado álbum colaborativo, Oasis.
La narrativa de una “reconciliación” pública sobre el escenario cobró fuerza durante la mañana, alimentada por el deseo de los seguidores de escuchar himnos como “La Canción” en vivo.
Sin embargo, pese a la euforia digital y las esperanzas de ver a los dos gigantes del género juntos nuevamente, la realidad detrás del viaje del colombiano es distinta y ajena a la agenda de conciertos de Bad Bunny.
Informes y el contexto de la visita aclaran que la estancia de José Álvaro Osorio Balvin en México responde a motivos personales ligados a las tradiciones del país. El intérprete de “In da Getto” se encuentra en territorio nacional para las celebraciones del próximo 12 de diciembre. Esta fecha es de suma importancia en la cultura mexicana al conmemorarse el Día de la Virgen de Guadalupe, una festividad que convoca a millones de peregrinos y fieles.
Balvin ha manifestado en diversas ocasiones su conexión profunda con México y su respeto por sus símbolos culturales y religiosos.
Por tanto, aunque la coincidencia de fechas y lugar hizo soñar a los fanáticos con un momento histórico en el concierto de esta noche, la agenda del colombiano está reservada para la conmemoración guadalupana. Los asistentes al show de Bad Bunny vivirán una noche intensa, pero, salvo un giro inesperado de último minuto, la presencia de J Balvin en el estadio seguirá siendo solo un rumor nacido de la casualidad.