La muerte de Rob Reiner, reconocido cineasta de Hollywood, y de su esposa, Michele, provocó una fuerte conmoción debido a las circunstancias violentas en las que fueron encontrados. Ambos perdieron la vida a consecuencia de heridas provocadas por un arma blanca, lo que llevó a las autoridades a iniciar una investigación en la que su hijo, Nick Reiner, fue señalado como el principal sospechoso. Recientemente, se dio a conocer que el acusado permanecerá detenido sin derecho a fianza.
El fallecimiento de la pareja fue confirmado el pasado 14 de diciembre, luego del hallazgo de sus cuerpos al interior de su residencia, ubicada en el exclusivo barrio de Brentwood, en la ciudad de Los Ángeles. De acuerdo con los primeros reportes oficiales, las lesiones que presentaban habrían sido determinantes en su muerte.
Como parte de las diligencias judiciales, Nick Reiner quedó bajo custodia de las autoridades. Los registros penitenciarios en línea del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles indican que fue arrestado por su presunta participación en el asesinato del cineasta y la fotógrafa. Inicialmente, al hombre, de 32 años, se le había fijado una fianza de 4 millones de dólares; sin embargo, posteriormente se determinó que permanecerá detenido sin posibilidad de obtener libertad bajo fianza.
¿Cuánto tiempo podría pasar Nick Reiner en prisión tras la acusación?
De acuerdo con información difundida por TMZ, a Nick Reiner se le negó la posibilidad de salir bajo fianza, por lo que actualmente se encuentra detenido sin derecho a este beneficio. En caso de ser declarado culpable del asesinato de Rob Reiner y su esposa, Michele, podría enfrentar una condena de larga duración.
Según la legislación del estado de California, un asesinato en primer grado, es decir, aquel que implica premeditación o circunstancias agravantes, se castiga con una pena de 25 años de prisión hasta cadena perpetua en una cárcel estatal. En escenarios muy específicos, la condena podría incluso alcanzar la pena de muerte.
En el caso de un asesinato en segundo grado, cuando no existe premeditación pero sí intención de matar, la sentencia habitual es de 15 años a cadena perpetua. En situaciones consideradas especialmente graves, la condena puede ser de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

