En un esfuerzo por derribar los prejuicios que rodean a las libertades sexuales en Latinoamérica, surge “Swingers: Un estilo de vida”, la primera serie documental en la región que aborda esta práctica desde una perspectiva humana, documentada y alejada de los estigmas tradicionales.
Dirigida por Digcy “La Güera” Mejías, una cineasta comprometida con la visibilidad de los diversos modelos relacionales, la obra invita al espectador a realizar un viaje de autodescubrimiento y educación sexual a través de capítulos que desmitifican lo que ocurre detrás de las puertas de los clubes y en la intimidad de las parejas.
Un salto necesario hacia el largometraje
Para Digcy, este proyecto representó un paso evolutivo natural en su carrera, dejando atrás los cortometrajes para adentrarse en un formato de largo aliento que permitiera explorar la complejidad del tema.
La decisión de estructurarlo como una serie respondió a la necesidad de hacer el contenido digerible, permitiendo que la audiencia comprenda conceptos fundamentales de forma progresiva, desde la “regla de oro” del consentimiento hasta las dinámicas cotidianas de quienes practican este estilo de vida.
La investigación detrás de la serie fue exhaustiva, extendiéndose por aproximadamente dos años. Durante este tiempo, el equipo de producción no solo visitó clubes, sino que se integró en la vida diaria de las parejas, compartiendo cafés y charlas en sus hogares para captar una visión auténtica: “Necesitábamos tiempo para abordarlo, para que la gente lo pueda ir entendiendo”, señaló la cineasta, enfatizando que el mundo swinger es demasiado extenso para ser reducido a un simple estereotipo.
Del anonimato de los 80 a la era digital
Uno de los pilares de este documental es el rescate de la memoria histórica del movimiento en México. La serie presenta testimonios invaluables como el de Lupita Roma, fundadora del club swinger más longevo del país, quien relata cómo eran los encuentros en las décadas de los 80 y 90.
En aquel entonces, las parejas se contactaban mediante anuncios clandestinos en periódicos o reuniones discretas en departamentos.
Este pasado contrasta con la realidad actual, donde figuras como los “Sex Whisper” o Ana Franco navegan un mundo mediado por las redes sociales y plataformas especializadas como Joyclub. El documental destaca cómo, a pesar de la evolución tecnológica, el estigma de la “perversión” persiste, cuando en realidad se trata de personas comunes que simplemente han optado por un modelo relacional no monógamo.
La regla de oro: “No es no”
Contrario a la creencia popular de que los clubes swingers son escenarios de desenfreno sin control, el documental revela un entorno basado en el respeto absoluto. Mejías destacó que estos espacios suelen ser incluso más respetuosos que los ambientes “vainilla” (no swingers), donde la persistencia no deseada puede ser común. En el ambiente swinger, la regla de oro es inquebrantable: si alguien dice que no, la interacción termina ahí sin preguntas ni resentimientos.
La serie muestra que el intercambio sexual es solo una de las múltiples facetas de este estilo de vida. Existen capítulos dedicados a parejas que viajan juntas a lugares como Tequesquitengo, demostrando que se forman lazos de amistad profundos que trascienden lo erótico: “Hay gente que nada más platica, hay gente que nada más bebe algo”.
Educación y reconocimiento
La colaboración con la plataforma Joyclub ha sido fundamental para este proyecto, funcionando como un aliado educativo que busca informar más allá del ligue. La serie está disponible de forma gratuita para los miembros en México, ofreciendo un recurso valioso para quienes sienten curiosidad pero temen los prejuicios.
El impacto de “Swingers: Un estilo de vida” ya ha sido reconocido por la crítica, obteniendo el premio a Mejor Serie en el Festival Internacional de Cine con Medios Alternativos.
Este galardón es especialmente significativo ya que su primera proyección tuvo lugar en los Estudios Churubusco, considerados la casa del cine de oro mexicano, lo que simboliza una nueva era de apertura para las temáticas de diversidad sexual en el cine nacional.
El objetivo final de la serie es humanizar a quienes viven fuera de la monogamia tradicional y fomentar una cultura donde nadie tenga que usar un “antifaz” o esconderse en un “clóset swinger”.
La invitación de la cineasta es clara: no se trata de convencer a todos de ser swingers, sino de promover el respeto y la comprensión hacia quienes eligen vivir su sexualidad de manera consciente y consensuada. Como bien concluye la directora, “lo que no se dice es como si no existiera”, y este documental nace para asegurar que la libertad sexual tenga un lugar bajo la luz de la verdad.

