El cantante puertorriqueño Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, se convirtió en el centro de una controversia tras su reciente visita al Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México.
El incidente escaló luego de que el propio artista difundiera imágenes en sus redes sociales donde se le observa tocando directamente una estela maya, acción que está prohibida por los protocolos de conservación del patrimonio nacional.

De acuerdo con algunos informes, el suceso ocurrió el pasado 17 de diciembre durante un recorrido privado que el intérprete realizó en el marco de su gira por el país.
La polémica estalló cuando algunos usuarios señalaron que el cantante colocó su mano sobre la Estela 40 de Piedras Negras, una pieza arqueológica de incalculable valor histórico.

El descontento ciudadano surgió de inmediato, impulsado por denuncias de un presunto “trato preferencial”. Los detractores argumentaron que, mientras al visitante promedio se le restringe estrictamente cualquier contacto físico con las piezas, a una figura de alta visibilidad se le permitió omitir las reglas básicas de seguridad del recinto.
Ante la presión social, el Instituto Nacional de Antropología e Historia emitió un pronunciamiento oficial. La institución confirmó que el contacto físico con bienes arqueológicos está estrictamente prohibido debido a que los aceites y sales de la piel pueden degradar irreversiblemente los materiales antiguos. Según el informe del INAH, el personal de custodia que acompañaba al artista intervino de manera inmediata para indicarle que no podía tocar la pieza, ante lo cual el músico retiró la mano sin oponer resistencia.
En cuanto a las repercusiones legales, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos establece en su Artículo 52 que cualquier persona que dañe, altere o destruya un monumento arqueológico puede enfrentar penas de tres a diez años de prisión, además de una multa económica equivalente al valor del daño causado. En términos administrativos, las multas por infracciones generales pueden oscilar entre los 50 mil y 100 mil pesos.
Sin embargo, para el caso específico de Bad Bunny, el INAH determinó, tras una inspección técnica, que la pieza no sufrió daños estructurales ni alteraciones visibles. Por lo tanto, el incidente se resolvió únicamente con una amonestación administrativa y un “llamado de atención” preventivo.
Hasta el momento, no se ha aplicado una sanción económica directa ni se ha reportado un costo monetario para el cantante, ya que la autoridad priorizó el hecho de que la falta no derivó en una afectación física al monumento.
