Estilo de vida

La empresa que no permite que el desierto sea el basurero del fast fashion

Los países en vías de desarrollo son ahora los vertederos de los grandes retailers, y en el norte de Chile se ha formado un virtual cementerio de ropa. Pero ya hay compañías que están poniendo un freno.

Mientras en Europa y Estados Unidos la vida útil de una prenda es hasta 7 usos (y eso, para ser optimistas) y también vemos en los hauls de los creadores de contenidos hasta mil dólares de Shein y otras marcas de fast fashion, quienes pagan los platos rotos –al menos en lo que a residuos se refiere– son los países en vía de desarrollo. De hecho, en Tarapacá y en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, en el último año llegaron al menos 59 mil toneladas de ropa desechada y la parte descartada para la venta (cerca del 40%) cubre una gran franja de tierra y el daño se genera de hace años.

Ante esto,  Franklin Zepeda, fundador de la compañía Ecofibra Chile, y sus socios convierten todo este desecho en materia prima para paneles de aislamiento térmico y acústico. Estos cuentan con alta demanda en el área de construcción y se espera que el negocio crezca. Zepeda habló con Metro sobre cómo y por qué fundaron la compañía.

P: ¿Cómo comenzó todo?

–La empresa nació con el propósito de reducir los residuos textiles que se están produciendo en la región hace más de 15 años. Yo asesoré a algunos importadores de ropa usada, ya era mucha la que se transformaba en residuo y por eso me propuse, con dos arquitectos amigos, plantear esta solución que ya se daba en Europa y Estados Unidos. De esta manera, viajé a Alemania e Italia con este conocimiento adquirido e hicimos una fase de desarrollos y de pruebas, hasta que hicimos el panel aislante que vendemos actualmente.

P: ¿Por qué está pasando esto en Chile?

–Iquique es la única ciudad en Latinoamérica que recibe ropa usada y como el puerto es zona franca, entonces no se pagan impuestos y es más barato que la ropa de afuera. De Iquique esto se distribuye a todo Chile y se exporta a Bolivia por contrabando, a pesar de que sus autoridades no permiten su ingreso. Y eso va para Perú y también para Paraguay. Entonces, nos estábamos convirtiendo en el basurero del mundo, porque todo lo que no se podía vender en Estados Unidos se traía para Chile, y entre la ropa que se podía volver a usar, también había mucha basura en los vertederos desde hace 15 años.

—  Franklin Zepeda, CEO Fundador Ecofibra Chile

P: ¿Cuánto volumen generan?

–Movemos de dos a tres toneladas diarias, pero lo que se genera es mucho más. Entonces, nosotros estamos en vía de crecimiento para poder abarcar todo lo que se genera acá en la región. Ahora, lo que se genera en Chile es mucho más, porque nosotros nos estamos haciendo cargo de lo generado en la región, pero también estamos recibiendo de otros retailers de Santiago, entonces tenemos que aumentar la producción para recibir más residuos de los que aceptamos ahora.

Al recibir el negocio de importadores desinfectamos la ropa, luego le agregamos un líquido que desarrollamos nosotros, que aguanta el fuego, y de ahí se pasa a un proceso de trituración y desfibrado y luego sí se pasa al  aditivo y termofijado, para luego tener el producto terminado.

P: ¿Por qué el negocio en sí es rentable?

–Nuestro producto es un 84% más barato que la fibra de vidrio, y tenemos alrededor de 10 personas que trabajan con nosotros. Ahora bien,  tenemos mucha demanda, porque el mercado aislantes térmicos supera en tan solo el país 50 millones de dólares.

EN CIFRAS:

59 toneladas de ropa usada llegan anualmente a Chile por Tarapacá aprovechando la exención del pago de impuestos.

$400 es el valor de mil kilos de estas prendas usadas.

40% se descarta para la venta y se desecha.

39 toneladas de ropa se encuentra en diversos “cementerios” de prendas sólo en el desierto de Atacama.

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