El consumo de azúcar en menores de edad ha sido el epicentro de distintas epidemias, como lo es la obesidad infantil y otras afecciones derivadas. Sin embargo, una reciente investigación detalla que el daño de la ingesta en exceso va más allá, incluso afectando al desarrollo cerebral en niños y adolescentes.
“La glucosa -un azúcar simple que constituye la base de la mayoría de los alimentos ricos en carbohidratos- es la principal fuente de energía del cerebro”, explica Lina Begdache, profesora adjunta de Nutrición de la Universidad de Binghamton y de la Universidad Estatal de Nueva York. “Los cerebros sanos necesitan una fuente continua de energía y nutrientes para impulsar el crecimiento, el aprendizaje y el desarrollo”, añade..
Pero eso no significa que el consumo extra de azúcar sea bueno para el cerebro en desarrollo. Según explica Begdache en un artículo publicado en el sitio especializado The Conversation, el exceso de azúcar puede ser perjudicial para el crecimiento normal del cerebro.
“Los resultados preliminares de mi investigación indican que el consumo de alimentos azucarados está asociado a la angustia mental -como la ansiedad y la depresión- y a la interrupción del sueño”, añade la especialista.
Los alimentos procesados, como las donas, los refrescos y los cereales azucarados, suelen contener azúcares añadidos. Estos suelen ser fácilmente accesibles para los niños y adolescentes, ya sea después de los partidos deportivos o en las fiestas de cumpleaños.
“Al igual que los motores de los coches, que necesitan el combustible adecuado para funcionar de forma eficiente, el cerebro también necesita una dieta adecuada para funcionar de forma óptima. El cerebro se compone de células nerviosas, o neuronas, y de células de mantenimiento, llamadas células gliales. Aunque estos dos tipos de células cerebrales tienen necesidades metabólicas diferentes, la glucosa es la principal fuente de energía para ambas”, comenta Begdache.
La especialista considera que, dado que la glucosa es la principal fuente de energía del cerebro, un exceso de azúcar puede ponerlo en modo de sobreestimulación. ¿Qué significa eso? “Cuando el cerebro está sobreestimulado, puede provocar hiperactividad y cambios de humor. Sin embargo, estos cambios de comportamiento son sólo las consecuencias a corto plazo. Algunas pruebas sugieren que esta hiperactividad cerebral en los adolescentes está relacionada con déficits cognitivos en la edad adulta”.
“El desarrollo del cerebro humano, que llega hasta mediados de los 20 años, es muy sensible a la calidad de la dieta, por lo que animo a todos los padres de niños pequeños, adolescentes y adultos jóvenes a que se informen sobre los efectos de los factores de la dieta y el estilo de vida en el desarrollo y la salud del cerebro”, comenta Begdache en entrevista con Publimetro.
Finalmente, el consumo crónico de azúcar se ha relacionado con un mayor riesgo de problemas de salud mental. Además, los estudios realizados en animales de laboratorio también sugieren que el consumo elevado de azúcar dificulta el aprendizaje y la memoria.
“Curiosamente, la ingesta diaria de bebidas azucaradas durante la adolescencia se asocia a un empeoramiento del rendimiento en una tarea de aprendizaje y memoria durante la edad adulta. Los investigadores de ese estudio sugieren que este deterioro podría deberse a alteraciones en las bacterias intestinales”, comenta Begdache.
3 PREGUNTAS CON
Lina Begdache, profesora adjunta de la Facultad de Enfermería y Ciencias de la Salud, en la Universidad de Binghamton
Recuérdanos las consecuencias de que los menores consuman altos niveles de azúcar y por qué es importante que los padres conozcan esta información.
La glucosa (un tipo de azúcar) es la principal fuente de energía para nuestro cerebro. Aunque el cerebro de los niños requiere más glucosa que el de los adultos, los niños y adolescentes consumen mucho más de lo que su cerebro necesita. Se ha descubierto que el consumo excesivo de azúcar afecta al desarrollo normal de varias áreas del cerebro responsables del control emocional, el aprendizaje y la memoria. Además, el azúcar tiene una propiedad adictiva, por lo que los niños buscan alimentos azucarados para satisfacer sus antojos. El consumo elevado de azúcar favorece la inflamación del cerebro, lo que suele estar asociado a la pérdida de neuronas (células nerviosas) con el tiempo.
¿Qué pueden hacer los adultos responsables de los menores para reducir el consumo de azúcar de los niños?
Educar a sus hijos en lugar de limitarse a decirles que no a los dulces. Los niños suelen escuchar aunque no estén de acuerdo inicialmente (es una experiencia personal). Ayúdeles reduciendo poco a poco la disponibilidad de dulces y alimentos azucarados a su alrededor. Ofrézcales alternativas más saludables, como la fruta, y evite recompensar al niño con dulces. El gusto por el dulce es adquirido, y desaparecerá con el tiempo si el niño reduce el consumo de azúcar, ya que nuestras papilas gustativas se adaptan al cambio de dieta.
¿Qué recomendaciones daría a nuestros lectores preocupados por esta situación?
Es una tarea difícil para los padres que escuchan información contradictoria. Una nutrición adecuada durante el desarrollo es muy importante para el desarrollo normal del cerebro de los niños y su salud cuando sean adultos. Pueden hablar con un dietista u obtener las recomendaciones adecuadas de fuentes online de confianza que proporcionan información con base científica. Por ejemplo, la Academia de Nutrición y Dietética, Harvard Health Publishing, WebMD, Healthline, la Sociedad Americana de Nutrición, Medical News, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), entre otros, publican información basada en pruebas, y sus informes suelen estar redactados por profesionales de la nutrición y la salud.