El pie de atleta es causado por un hongo que crece sobre la capa superior de la piel o dentro de esta. Los hongos crecen mejor en lugares húmedos y cálidos, como en la zona entre los dedos de los pies.
El pie de atleta se propaga fácilmente, y es posible contraerlo tocando los dedos de los pies o los pies de una persona que lo tenga.
Las personas lo contraen, la mayoría de las veces, al caminar descalzas sobre superficies contaminadas, frecuentemente cerca de piscinas o en los vestidores de los gimnasios.
Los hongos luego crecen dentro de su calzado, especialmente si su calzado es tan apretado que no permite que el aire se mueva alrededor de los pies.

SÍNTOMAS
El pie de atleta puede hacer que los pies y la piel entre los dedos de los pies ardan o piquen. Es posible que la piel se descascare y se agriete. Los síntomas pueden depender del tipo de pie de atleta que tenga.
La infección interdigital suele presentarse entre el cuarto y quinto dedo del pie. La piel se descama, se descascara y se grieta. Algunas personas también podrían tener una infección con bacterias. Esto puede hacer que la piel se resquebraje aún más.
La infección tipo mocasín puede empezar con un pequeño dolor en el pie. Luego, la piel de la planta del pie o la piel del talón puede volverse gruesa y agrietarse.
En casos graves, las uñas de los pies se infectan y pueden volverse gruesas, desmenuzarse e incluso caerse. La infección micótica en las uñas de los pies requiere tratamiento por separado.
La infección tipo vesicular suele empezar con un brote repentino de ampollas llenas de líquido bajo la piel. Por lo general, las ampollas se encuentran en la parte de abajo del pie. Sin embargo, pueden aparecer en cualquier lugar del pie. También puede contraer una infección bacteriana con este tipo de pie de atleta.
PREVENCIÓN
Estos consejos pueden ayudarte a evitar el pie de atleta o a no contagiar a otras personas:
1. Deja que los pies se aireen: Cuando puedas, usa sandalias para que los pies se aireen lo más posible.
2. Lávate los pies a diario: Usa agua tibia y jabón, y enjuaga y seca bien los pies, especialmente entre los dedos. Aplica un polvo o aerosol medicinal para pies (hay muchas opciones en el mercado) si eres propenso al pie de atleta.

3. Cámbiate los calcetines regularmente: Cámbiate los calcetines al menos una vez al día y más a menudo si te sudan mucho los pies. Los calcetines que absorben la humedad, como los de algodón, ayudan a mantener los pies más secos que los de fibras sintéticas.
4. Alterna los pares de zapatos: Usa un calzado diferente cada día. De este modo, el calzado tendrá tiempo para secarse después de cada uso.
5. Protégete tus pies en lugares públicos: Usa sandalias o zapatos impermeables alrededor de las piscinas públicas, las duchas y los vestidores.
6. Conoce los factores de riesgo de propagación: Si vives con otras personas, no compartas zapatos ni ropa de cama ni toallas sin lavar.
LAS CLAVES
• El pie de atleta es una enfermedad infecciosa y contagiosa de la piel que en la mayoría de ocasiones se inicia en los espacios interdigitales de los dedos de los pies, y puede extenderse a la planta y los laterales de los pies.
• Los causantes de la enfermedad son hongos patógenos microscópicos, sobre todo de la familia de los hongos filamentosos (dermatofitos), aunque también intervienen otros tipos de hongos, como levaduras y mohos.
• Si una persona toca algo que tiene hongos, puede propagar el pie de atleta a otras personas, incluso si esa persona no contrae la infección.
• Algunas personas tienen más probabilidades de contraer pie de atleta que otras. Los expertos no saben por qué es esto.
• Una persona ha tenido pie de atleta tiene más probabilidades de volver a tenerlo.
Fuentes: Clínica Mayo, Medline y Cigna.