En México, solo 3 de cada 100 personas con discapacidad acceden a estudios universitarios, de acuerdo con datos del INEGI. Bajo este contexto, especialistas, académicos y activistas hicieron un llamado urgente a transformar la educación superior en un agente activo de inclusión y derribar las barreras que enfrentan quienes viven con alguna discapacidad.
Durante el Encuentro Nacional de Instituciones Inclusivas de Educación Superior, celebrado por la Universidad de Guanajuato con la participación de 16 casas de estudio, se discutieron los retos y posibilidades para favorecer la inclusión laboral desde el ámbito educativo. El evento reunió testimonios y propuestas para garantizar el derecho a una educación accesible, de calidad y con visión inclusiva.
Hacia una formación con perspectiva de discapacidad
En su intervención, Carlos Daigoro Fonce Segura, subsecretario de Derechos Humanos, enfatizó la necesidad de formar profesionistas como agentes de inclusión, con universidades capaces de plantear modelos críticos, ajustar contenidos curriculares e integrar mecanismos de apoyo dentro y fuera del aula.
“Todo profesionista debe conocer su quehacer en la inclusión y la discapacidad”, afirmó.
Voces que inspiran
Durante el panel, diversas personas con discapacidad compartieron sus experiencias educativas y profesionales. Entre ellas, la profesora Alejandra Viveros, con ceguera total; la artista Natalia Barajas, autodidacta; y Monserrat Fernández, docente con discapacidad motriz. Todas coincidieron en que la empatía, la accesibilidad y la participación activa son fundamentales para construir una cultura de inclusión real.
Como conclusión, los participantes urgieron a incorporar el diseño universal, actualizar la formación docente y establecer incentivos que faciliten la educación dual y el empleo para personas con discapacidad.