Durante casi toda su vida, las manos del Profesor Plastilina dieron forma a la alegría. Con paciencia y cariño, dicen sus alumnos a través de redes, Francisco Alejandro Aguilar Porras transformó simples barritas de color en dinosaurios, superhéroes y personajes fantásticos que despertaron la imaginación de generaciones de leoneses.
La noticia de su fallecimiento ha conmovido a exalumnos, familias y artistas locales que crecieron viendo su trabajo en escuelas, ferias y exposiciones. En cada figura moldeada quedaba su sello: enseñar que la creatividad también puede ser un acto de esperanza.
Su historia comenzó con un niño que prefería jugar con plastilina antes que con juguetes. “Desde pequeño creaba sus propios personajes”, contó en una entrevista. Ese niño se convirtió en el maestro que revolucionó los talleres creativos en León, con presencia en espacios como el Colegio Nuevo Continente, la Casa de la Cultura y decenas de eventos públicos.
En una conversación con Revista Maxwell en 2019, Aguilar recordaba que su amor por la plastilina nació en la infancia, cuando su padre le enseñó a hacer un Godzilla que lanzaba fuego con ayuda de un cerillo. Aquella chispa marcaría su destino.
“No sabía que podía comercializar mi talento; me di cuenta por casualidad en una Feria del Libro”, decía. Así nació el personaje del Profesor Plastilina, hace más de 15 años, en Lalos’n Charlie’s, donde su entusiasmo cautivó a niñas y niños de toda la ciudad.
Con el tiempo, su creatividad lo llevó a impartir talleres en instituciones públicas y privadas, e incluso a entregar caricaturas en plastilina a figuras como Jis y Trino.
Su estilo, aseguran quines lo conocieron, —espontáneo, lúdico y lleno de humor— trascendió generaciones. “Ser espontáneo te permite salir más rápido de los problemas”, afirmaba entre risas. Su último gran proyecto fue Creatósfera, un espacio donde planeaba seguir compartiendo su talento de manera independiente.
Hoy, León despide al Profesor Plastilina, un artista que no solo moldeó figuras, sino también amistades, recuerdos y la certeza de que la creatividad puede transformar la realidad, una figura a la vez.