Guanajuato registra uno de sus avances sociales más significativos en los últimos años: la pobreza multidimensional disminuyó del 33% en 2022 al 26% en 2024, mientras que el ingreso corriente promedio trimestral por hogar pasó de 68,417 a 74,601 pesos (INEGI, 2025). Este repunte abre la puerta a políticas que permitan consolidar el bienestar en todas las regiones y hogares del estado.
Los datos reflejan el impacto de la reactivación económica, la formalización del empleo y los programas de apoyo a la producción local. La reducción de siete puntos porcentuales en pobreza multidimensional sitúa a Guanajuato por debajo del promedio nacional, que se mantiene alrededor del 29.6% (INEGI, 2025).
Aun así, especialistas advierten que los beneficios no llegan de manera uniforme. Las zonas industriales de León, Celaya y Silao concentran la mayor parte del dinamismo económico, mientras que regiones rurales requieren infraestructura, educación técnica y oportunidades de empleo formal para integrarse plenamente al desarrollo.
“La mejora de los indicadores no debe verse como un punto de llegada, sino como una oportunidad para fortalecer el tejido social y económico del estado”, comenta Laura Eugenia Alejandri, maestra en desarrollo por la Universidad de La Salle Bogotá y doctorante en Ciencias Sociales por la Universidad de Guanajuato.
El aumento de 6,184 pesos trimestrales en ingreso promedio representa un crecimiento real de casi 9% (INEGI, 2025), suficiente para ampliar la capacidad de consumo de las familias, pero aún limitado para reducir desigualdades estructurales. La clave estará en políticas que combinen crecimiento económico con inversión social focalizada.
Guanajuato se encuentra en una etapa decisiva: consolidar la recuperación económica y garantizar que los avances lleguen a todas las familias, construyendo un bienestar que no solo se mida en cifras, sino en calidad de vida real.

