En un paso inédito hacia la igualdad operativa, la Secretaría de Seguridad y Paz de Guanajuato presentó los nuevos chalecos balísticos nivel III-A con placas IV, diseñados especialmente para mujeres de la Fuerza de Seguridad Pública del Estado.
El equipo, confeccionado con fibras aramidas tejidas y sellado antihumedad, ofrece mayor resistencia y durabilidad, además de una adaptación ergonómica a la morfología femenina, garantizando comodidad y protección total durante las jornadas operativas.
Estos chalecos brindan a nuestras compañeras comodidad y seguridad, permitiéndoles desempeñar su función con mayor confianza y eficacia”,
— Explicó la comisaria jefa Rosa Marcela López.
El nivel IV de protección resiste impactos de alto calibre y los chalecos cuentan con certificación internacional conforme a las normas de seguridad balística.
Su implementación comenzó a finales de 2024 en respuesta a la necesidad de dotar de equipo adecuado a las mujeres que ingresan a la corporación, avanzando hacia el cumplimiento del 100 % de chalecos certificados con enfoque de género.
El secretario de seguridad de la entidad, Mauro González Martínez señaló a través de sus cuentas en redes sociales que la seguridad también se construye “desde la igualdad y el bienestar de quienes nos protegen”.
Tendencia global con sustento científico
De acuerdo con el estudio Women’s Body Armor: A Comprehensive Review of Design, Performance and Ergonomics (Bhatia et al., 2024), la mayoría de los chalecos tradicionales fueron diseñados sobre patrones masculinos, lo que genera presión torácica, fatiga y menor rango de movimiento en mujeres policías. El análisis recomienda el desarrollo de diseños específicos por género, con placas moldeadas, materiales flexibles y soporte anatómico.
Países como Reino Unido, Canadá y Ucrania ya avanzan en la adopción de modelos femeninos, y en Estados Unidos, la Texas A&M University documentó que los chalecos adaptados mejoran la precisión y reducen lesiones por uso prolongado.
Con esta implementación, Guanajuato se suma a una tendencia global que entiende que la seguridad también tiene cuerpo y género: proteger a quienes protegen es, hoy, parte de la construcción de paz.

