El fútbol vuelve a unir lugares que parecían lejanos. León, Guanajuato, comparte una historia con Nueva York y Oviedo, España, a través de un hilo inesperado: una acción de 11 dólares.
El nuevo alcalde electo de Nueva York, Zohran Mamdani, reveló en 2012 haber comprado una participación del Real Oviedo, cuando el club español estuvo a punto de desaparecer por problemas financieros.
<i>Acabo de comprar una acción, ¿posiblemente el primer accionista de Oviedo con sede en Maine?</i>, escribió entonces en Twitter.
Mamdani, de 34 años, nació en Uganda, estudió en Maine, Estados Unidos y es miembro del bloque “State Socialists in Office” (Socialistas Estatales en el Cargo) y también forma parte del Muslim Democratic Club of New York.
La campaña, llamada Orgullosos de ti, logró reunir a más de 40 mil aficionados de 125 países, que invirtieron pequeñas sumas para salvar al equipo. Una década después, el Real Oviedo —adquirido en 2022 por el Grupo Pachuca, propietario del Club León y del Pachuca— regresó a la Primera División de España, cerrando un ciclo que combina pasión y estrategia empresarial.
Mamdani, el alcalde más joven de Nueva York desde 1892 y representante del ala progresista del Partido Demócrata, forma parte de esa comunidad global de accionistas minoritarios que ayudaron a rescatar al club.
Hoy, el Real Oviedo tiene una estructura de propiedad con 51% en manos del Grupo Pachuca, 20% del Grupo Carso y el resto distribuido entre miles de aficionados. Es posible que Mamdani siga siendo uno de ellos, y con ello, que exista un inesperado vínculo futbolero entre León y la ciudad que nunca duerme.
Consciente o no, la pequeña inversión de Mamdani también puede leerse como un gesto político. Como analiza el profesor universitario Leander Schaerlaeckens en The Guardian, el alcalde ha encontrado —quizá instintivamente— “una oportunidad para vincular a la izquierda con el deporte”.
Mientras el fútbol americano, el béisbol y el basquetbol parecen haber agotado su influencia política, el fútbol soccer se ha convertido en un terreno más afín a los valores progresistas, especialmente entre las nuevas generaciones de estadounidenses, analiza el artículo.