La mañana de domingo habitualmente callada, encuentra a la ciudad de León ya despierta y acomodado en las banquetas de la calle Madero sus lugares: niñas con moños tricolor, vendedores distintos productos, familias buscando la mejor sombra y celulares listos para grabar. A las 8:30 de la mañana, frente al Arco de la Calzada, se realizan los Honores a la Bandera. Autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa Alejandra Gutiérrez, presiden la ceremonia, saludan a las escoltas y marcan el inicio oficial del recorrido.
Treinta minutos después, cuando el reloj marca las 09:00, los primeros contingentes se ponen en marcha sobre la avenida Francisco I. Madero rumbo a Presidencia Municipal.

El bloque que abre la jornada es el deportivo. Equipos amateur, leyendas locales y las escuelas de iniciación de la COMUDE avanzan entre aplausos: jóvenes que realizan ejercicios de resistencia, niñas y niños que simulan rutinas de competencia y grupos que coordinan cuerdas, saltos y giros como si transformaran la calle en una enorme pista atlética. Cada bloque tiene su propio ritmo, su energía y su pequeño público de fans.

Detrás llegan las instituciones educativas: escuelas públicas, privadas, clubes y asociaciones civiles, acompañadas por docentes y directivos que saludan desde plataformas decoradas. El ambiente tiene ese aroma de banda de guerra, pasos marcados y nostalgia de desfile escolar. Las Escuela Secundaria Técnica encabeza el desfile. En el sonido local anuncian que este año cumplió más de ocho décadas de educar a la infancia de León.
Y luego, el sonido cambia. Se escuchan tambores más secos, botas marcando el paso y órdenes cortas: militares de la 16/a Zona Militar avanzan en formación impecable, saludando al estrado. Les sigue el contingente de la Guardia Nacional, que desfila entre aplausos y celulares grabando; niñas a pie de banqueta les observan como si vieran héroes de carne y hueso.
El bloque de la Secretaría de Seguridad, Prevención y Protección Ciudadana se roba buena parte de la atención. Aparecen en orden perfecto:Policía Municipal, Policía Vial, Prevención del Delito, C4, Protección Civil, el Grupo Halcón Motorizado, Bomberos y el Grupo K9.

Las motocicletas de Halcón entran rugiendo, realizan maniobras sobre los estribos y forman figuras circulares entre sí. Un vehículo táctico rojo pasa simulando una intervención; el público levanta los brazos para grabar. Protección Civil desfila con equipo de rescate urbano, cuerdas, cascos y arneses listos para cualquier emergencia.
Los Bomberos conquistan a chicos y grandes: una máquina antigua, roja, brillante, avanza lentamente mientras su conductor saluda con una mano. Niños pequeños corren junto a la llanta gigante como si persiguieran un héroe de caricatura.
El Grupo K9 demuestra habilidades de obediencia y captura. Un instructor con traje de protección corre en zigzag mientras un perro lo alcanza con precisión. “¡Ese es el bueno!”, grita alguien desde las gradas, generando risas y más aplausos.

Pero el momento que deja al público en silencio ocurre a varios metros de altura
En la fachada blanca de un edificio del Centro Histórico, el equipo de Rescate Vertical de Cruz Roja realiza una demostración espectacular: una camilla desciende asegurada con cuerdas mientras un rescatista controla cada movimiento desde la azotea. La escena es perfecta: arquitectura colonial, cuerdas tensas, rescatistas en uniforme rojo y un público que mira hacia arriba cubriéndose del sol para no perder detalle. Un descenso milimétrico, elegante, emocionante.
Más atrás llegan los caballos. La Policía Montada desfila con elegancia, para luego ejecutar pequeños saltos sobre obstáculos. Los animales avanzan tranquilos, levantando un poco de polvo que el viento arrastra hacia la banqueta.
La caravana es larga y diversa. Casi 3 mil personas participan en este desfile cívico-deportivo que, como señala Jonathan González, Director de Educación, “se hace con cariño”, integrando a escuelas, deportistas, cuerpos de seguridad, asociaciones y familias que ya sienten cerca la temporada decembrina.
Entre motores, tambores, ladridos, cuerdas, alturas, cascos y colores, León celebra el 115 aniversario de la Revolución Mexicana reconociéndose en su propia historia. Y mientras el contingente avanza rumbo a Presidencia Municipal, el público se mueve con él: buscando sombra, grabando, aplaudiendo y haciendo suyo un domingo lleno de memoria y fiesta.

