Las remesas nacionales entre enero y septiembre de 2025, cayeron alrededor de 5.5%, la disminución más pronunciada desde 2013. En medio de este descenso, Guanajuato vuelve a colocarse como el estado que más dólares recibe, con 4 mil 062 millones de dólares enviados por sus migrantes, cifra que lo mantiene por encima de Michoacán y Jalisco.
Mientras el flujo nacional resiente siete meses consecutivos a la baja, los migrantes guanajuatenses aguantaron mejor el golpe: el estado registra una disminución cercana al 3%, menor a la caída nacional. Ese diferencial permite que Guanajuato no solo conserve el liderazgo, sino que aumente ligeramente su participación en el total de remesas enviadas a México.
La explicación se encuentra en la magnitud del éxodo guanajuatense: comunidades completas en municipios como León, Irapuato, Pénjamo, San Francisco del Rincón, Valle de Santiago y Dolores Hidalgo dependen del envío mensual de dólares, y a su vez sostienen con ese esfuerzo a familias que enfrentan ingresos laborales insuficientes.
Impacto social: cuando el dólar sostiene el día a día
El dato adquiere mayor relevancia al cruzarse con estudios recientes que señalan que Guanajuato fue la entidad donde más personas salieron de la pobreza gracias a las remesas, con cerca de 170 mil beneficiadas. La caída nacional, por tanto, recae directamente en los hogares donde las remesas representan la diferencia entre sobrevivir y avanzar por este vínculo indispensable con el dinero del exterior.
Ese vínculo se acentúa cada fin de año: miles de familias regresan desde Texas y California, donde vive la mayor parte del millón de guanajuatenses radicados en Estados Unidos, una cifra que equivale al 15.4% de todas las personas nacidas en la entidad. Es un retorno temporal que revela la dimensión del éxodo y la magnitud del esfuerzo económico que sostienen a distancia.
En un año de descenso histórico, la fuerza migrante guanajuatense —con epicentro en California y Texas— mantiene vivo el flujo y sostiene al estado en la cima nacional, recordando que buena parte del bienestar local se construye desde el otro lado de la frontera.

