Michoacán y Guanajuato dieron este lunes un movimiento poco común en materia de seguridad: activaron un blindaje conjunto en la franja que comparten, un territorio históricamente marcado por rutas criminales y por la necesidad de coordinación real entre ambas entidades.
Con la firma de un convenio marco, los gobiernos de Alfredo Ramírez Bedolla y Libia García Muñoz Ledo buscan que la frontera deje de ser una línea vulnerable y se convierta en un corredor vigilado con inteligencia compartida.
El acuerdo establece una ruta de trabajo que incluye el intercambio inmediato de información entre fiscalías para agilizar órdenes, carpetas y procesos judiciales; la realización de operativos espejo en carreteras y comunidades colindantes; la interconexión de los C5 y centros de inteligencia con acceso recíproco a alertamientos y videovigilancia; y esquemas conjuntos de capacitación policial dirigidos a corporaciones estatales y municipales.
Se trata, según ambos mandatarios, de un esfuerzo que intenta superar las respuestas aisladas para responder de manera simultánea a dinámicas delictivas que no reconocen límites territoriales.
Ramírez Bedolla afirmó que esta coordinación permitirá cerrar el paso a actividades ilícitas al fortalecer la rapidez con la que se atienden los hechos delictivos en zonas compartidas. La gobernadora García Muñoz Ledo agregó que el convenio refleja la voluntad de mantener una presencia más efectiva en las colindancias y en las principales vías de comunicación, reforzando la confianza de la población a través de acciones sostenidas basadas en tecnología y comunicación entre instituciones.
A la firma asistieron los funcionarios responsables de ejecutar el acuerdo en la operación diaria: Raúl Zepeda Villaseñor y Antonio Cruz, titulares de Gobierno y Seguridad en Michoacán; el fiscal Carlos Torres Piña; así como Jorge Daniel Jiménez Lona, secretario de Gobierno de Guanajuato; Juan Mauro González Martínez, secretario de Seguridad y Paz; y el consejero jurídico Alejandro Sierra Lugo.
La frontera entre ambos estados, que va de Pénjamo a Yuriria, ha sido uno de los corredores más tensos del Bajío. Con el blindaje conjunto, ambos gobiernos buscan transformar ese punto crítico en un espacio de vigilancia coordinada que reduzca riesgos y genere mayor certidumbre para habitantes y sectores productivos.

