Hasta hace unas semanas, cuando caía la noche, muchas casas en comunidades rurales de Guanajuato quedaban completamente a oscuras. No había focos, refrigeradores ni posibilidad de cargar un celular. Hoy, por primera vez, la electricidad llega a sus hogares a través de paneles solares, un cambio que transforma rutinas básicas y abre nuevas posibilidades.
En El Cerrito de la Garza, comunidad del municipio de Ocampo, niñas, niños y personas adultas participaron en una dinámica sencilla pero reveladora: elegir qué aparatos podrán usar ahora que tienen luz. Linternas recargables, celulares, una bocina, una licuadora o un pequeño refrigerador. Todo depende de la capacidad del sistema solar recién instalado.
La mayoría de las familias vive de la fabricación artesanal de ladrillo y tabique, usando lama de una presa cercana. Con esos mismos materiales han construido sus casas, muchas de ellas sin acceso previo a electricidad, agua potable o drenaje, una condición persistente en comunidades rurales del norte del estado.
Guanajuato y su migración
La llegada de energía solar ocurre en municipios marcados por el rezago social y la migración. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), cuatro de los cinco municipios beneficiados están entre los 150 del país con mayor intensidad migratoria hacia Estados Unidos.
- Dolores Hidalgo, 15
- San Luis de la Paz, 26
- Ocampo, 86
- San Felipe, 142
En estos territorios, la falta de servicios básicos ha sido históricamente uno de los factores que empujan la salida de población.
¿Qué es Luces de Esperanza?
Luces de Esperanza es un programa de electrificación con energía solar dirigido a comunidades que nunca han contado con servicio eléctrico. Los sistemas instalados permiten cubrir necesidades básicas del hogar sin depender de combustibles, veladoras o baterías, y funcionan de manera autónoma.
En Guanajuato, el programa alcanza comunidades de Ocampo, Dolores Hidalgo, San Felipe, San Luis de la Paz y Salamanca, llevando electricidad por primera vez a viviendas donde la red eléctrica tradicional no llegó durante décadas.
Lo que cambia cuando llega la luz
Tener electricidad significa iluminar la casa por la noche, conservar alimentos, estudiar después del anochecer y comunicarse en caso de emergencia. También reduce riesgos de incendio y gastos recurrentes en fuentes de energía improvisadas.
Más que un servicio, la energía solar se convierte en una puerta de entrada a otros derechos básicos, especialmente en regiones que han vivido en la periferia del desarrollo.

