Guanajuato

Recuerdan a Cristina Pacheco a dos años de su muerte: la voz de la calle nacida en Guanajuato

A dos años del fallecimiento de la periodista y conductora, su legado sigue vivo en la televisión pública y en la manera de escuchar a la gente común; en cada “Aquí nos toco vivir”, siempre evocó a San Felipe

Nacida en San Felipe, Guanajuato, Cristina Pacheco sostuvo por décadas un periodismo de calle basado en escuchar y volver con historia
Preguntas. Cristina Pacheco convirtió la entrevista de cercanía en un sello de Canal Once con “Aquí nos tocó vivir”. Nacida en San Felipe, Guanajuato, Cristina Pacheco sostuvo por décadas un periodismo de calle basado en escuchar y volver con historia. (Imagen. Especial)

Este 21 de diciembre se cumplen dos años de la muerte de Cristina Pacheco, periodista, escritora y conductora que convirtió la conversación en servicio público. Nació en San Felipe, Guanajuato, en 1941, estudió Letras Españolas en la UNAM y desarrolló una carrera de décadas en prensa escrita y televisión cultural. También condujo Conversando con Cristina Pacheco, donde artistas y ciudadanos hablaron de cultura, derechos y vida diaria.

La reportera que caminaba;

Sin poses, Pacheco salió a calles, mercados, barrios y oficios para preguntar lo esencial: cómo se vive. Su sello fue la escucha: dejar hablar, repreguntar y mirar alrededor. En Canal Once condujo Aquí nos tocó vivir, un espacio que recorrió rincones del país para contar historias cotidianas con rostro y nombre, lejos del discurso grandilocuente.

En una conversación recogida por Milenio, Pacheco sintetizó su filosofía con una imagen:

“Un escritor es un pepenador… porque la mejor contadora de historias es la calle”.

—  Cristina Pacheco / Periodista guanajuatense

La frase explica por qué su televisión se sentía cercana: el relato nacía del trabajo, la memoria y las palabras de quienes rara vez ocupan el centro.


Más que vox populi, método

El formato no era “preguntar en la calle” por llenar tiempo. Era construir contexto con la voz del otro y registrar memoria urbana: el oficio, el barrio, la migración, el trabajo informal, la fiesta, el duelo. Su periodismo de cercanía apostó por lo verificable: un lugar, una persona, una rutina que cualquiera podía reconocer.

Una vida entre letras

En los años sesenta, en la redacción de la Revista de la Universidad, conoció a José Emilio Pacheco, poeta y ensayista con quien compartió vida. Su obra, sin embargo, fue propia: entrevistas, columnas y narrativa breve, además de una presencia constante en la televisión pública.

Su escritura también mostró una veta íntima. En el texto “Mar de historias”, publicado por La Jornada, dejó una línea que se volvió referencia al despedir a su esposo, el poeta José Emilio Pacheco:

“Si él regresó, es imposible que no regreses tú”.

—  Cristina Pachecho

A dos años, su legado se mide en una pregunta que sigue vigente para el periodismo: ¿quién sale hoy a mirar, preguntar y volver con una historia, sin ruido y con humanidad?

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