La renovación de los ingresos a las estaciones subterráneas de la Línea 3 del Tren Ligero tendrían un costo cercano a los 15 millones de pesos. El ayuntamiento de Guadalajara informó que solicitará el apoyo del Gobierno del Estado para modificar las entradas a cuatro estaciones, pues las que se construyeron con la obra desentonan con el entorno histórico.
La semana pasada se anunció al proyecto ganador que reemplazará las enormes cajas negras instaladas como ingresos. El nuevo diseño, del arquitecto Enrique Toussaint, son unos arcos que reducen su tamaño conforme se acercan a la fosa de ingreso de la estación y tienen una cubierta de cristal curveado de alto impacto, que permiten un efecto translúcido que no opaca los edificios históricos del entorno.
El presidente municipal de Guadalajara, Pablo Lemus Navarro, mencionó que revisarán el tema presupuestal con el gobierno de Jalisco en esperanza que puedan ir mitad y mitad con los gastos.
“Tengo reunión con el gobernador para hacerle ya la propuesta formal y la invitación para obtener los recursos suficientes. Nosotros pensamos que cada una de las cuatro estaciones, el cambiar los ingresos y demás tendrá un costo aproximado de tres millones de pesos en promedio y de este modo nos da un monto total entre 12 a 15 millones de pesos”, advirtió el alcalde.
Originalmente, se había mencionado que serían tres las estaciones a donde se realizarían las modificaciones en los ingresos: Santuario, Guadalajara Centro e Independencia. Se sumaría a la propuesta de modificación las de la Cetran La Normal.
Modificación obligada
El cambio de los ingresos de las estaciones es porque desde que se edificó la Línea 3 se afirmó que eran invasivos, además que su estilo modernista, así como su volumen, no cuadraban con el entorno de edificios antiguos como el Santuario, la Catedral, los templos de Aranzazú y San Francisco o Palacio de Gobierno. No obstante, ya hay quejas que estás instalaciones generan una mala impresión en el turismo que acude a conocer el Centro de la ciudad.
Las autoridades reconocen que estas cajas de vidrio con cubiertas metálicas no tuvieron la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), aunque en un principio la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la pasada administración del Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur) señalaron que sí estaban permitidas.
Originalmente sólo iban a ser unas cajas de vidrio y terminaron siendo unas cajas con cubiertas de metal que no estaban planeadas.
“El proyecto original era que las escaleras eran resistentes a la intemperie y no iban a llevar cubiertas, entonces las escaleras no están hechas para la intemperie, se tiene que hacer alguna propuesta”, expresó la delegada estatal del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Alicia García Vázquez, cuando se lanzó el concurso para el rediseño.