La pandemia por el Covid-19 le propinó el “tiro de gracia” a las bibliotecas de Jalisco. La entidad cuenta con 282 espacios que forman parte de la Red Estatal de Bibliotecas Públicas, pero la asistencia a estos recintos se desplomó y a pesar de la reactivación a mediados del año pasado, la cifras no se han recuperado.
Las bibliotecas fueron instalaciones que se cerraron a causa de la contingencia por el Covid-19. Lo que ha complicado su reactivación y afluencia.
El cierre de las bibliotecas se dio en abril de 2020, y para ese año se cerró con la cifra de 489 mil 341 asistentes, mientras que en 2022 fueron 529 mil 384, según datos del gobierno del Estado. Durante los primeros seis meses de 2022, se reportaban 392 mil 321 visitantes en las bibliotecas de Jalisco y de mantenerse la tendencia, la cifra se podría duplicar al cerrar el año.
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Sin embargo, las estadísticas no son nada alentadoras, si se considera que los años previos a la pandemia, desde 2016 a 2019, la cifra de asistentes a las bibliotecas superaba los dos millones por año. En otras palabras, la asistencia a las bibliotecas en la postpandemia no llega ni al 50%.
¿Qué está fallando?
Autoridades locales han señalado y responsabilizado al gobierno federal de los recortes a los programas de fomento a la lectura y para las bibliotecas. La Dirección General de Bibliotecas afirman ha apostado por no crear nuevos espacios, sino darle mantenimiento a los existentes. Afirman que tampoco existen proyectos de modernización y digitalización de los acervos culturales. Acusan que es con recursos estatales como se mantiene la operatividad de estos espacios.
Los municipios metropolitanos y Puerto Vallarta encabezan los listados de la mayor cantidad de visitas a bibliotecas, pero también son las demarcaciones que aglutinan la mayor parte de infraestructura de este tipo. Pero también hay dos municipios, Tecolotlán y Jocotepec donde este año no se documenta un solo visitante a sus instalaciones.
“Las bibliotecas sufren también los efectos del internet, la investigación y muchas otras actividades, la búsqueda de limita a lo que se pueda encontrar en internet. (…) En las escuelas todavía mandan a los niños a las bibliotecas para que de menos las conozcan, pero de lo contrario ni siquiera acudirían, y es más como una excursión que un trabajo de involucramiento. ¡Falta difusión? Sí si falta difusión, tú pregúntale donde hay una biblioteca en Guadalajara y sólo te van a contestar la Juan José Arreola de la UdeG (Universidad de Guadalajara) pero no saben donde hay otras que también tienen acervos importantes”, reconoció Manuel Durán Reyes, promotor cultural y de la lectura.
El especialista reconoce que muchas bibliotecas sobrevivirán a partir de los apoyos que quieran darles los municipios y el estado, pues la federación se ha desatendido de ellas. Algunas podrán desaparecer en próximos años porque muchas de ellas, los puestos de bibliotecarios y encargados, se van eliminando si hay renuncias, jubilaciones o despidos, por lo que las personas que llegan, si es que recontratan, en muchos casos no tienen los conocimientos técnicos para la operación de un espacio de este tipo.