Las diócesis de Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Tacámbaro, Zamora y Morelia denunciaron que tan en 10 de los municipios que conforman la jurisdicción de Apatzingan, en la mitad se padece el desplazamiento forzado de personas debido a la violencia que generan los grupos criminales, cuya consecuencia es pobreza, marginación y desigualdad social.
Dicha diócesis está conformada por los municipios de Aguililla, Apatzingán, Buenavista, Chinicuila, Coalcomán de Vázquez Pallares, Gabriel Zamora, Múgica, Parácuaro, Tepalcatepec y Tumbiscatío.
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“Los habitantes abandonan sus pertenencias, casas, negocios, escuelas y trabajos para buscar un lugar seguro, donde puedan empezar de nuevo y crecer sin temor a ser víctimas de la delincuencia organizada. La inseguridad y violencia siguen amenazando a Michoacán y al país entero, no importa a donde quieran migrar, por ello la necesidad urgente de actuar”, explicaron.
Durante la Reunión Anual 2024, los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Morelia, expusieron que la Iglesia no es ajena ni insensible a la frustración que vívela población por la violencia, pues el panorama se agravó desde 2010 cuando difundieron su Exhortación Pastoral ‘Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna’.
“Ahora vemos que dicha realidad, lejos de disminuir, amenaza cada vez más la extinción de comunidades. Todos estamos llamados y obligados a realizar nuestra propia aportación para la construcción de la paz, bajo el resguardo jurídico que provee el Estado de Derecho”.
Además de esto, pidieron a la población participar en las próximas elecciones, ya que aunque las soluciones no son fáciles tampoco son imposibles. Recomendaron conocer a los candidatos, elegir la mejor propuesta y emitir el voto con libertad y responsabilidad.
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“Elijamos a quien represente el mayor bien para México; no elijamos el mal menor, sino el bien mayor y salgamos a votar. Vender el voto es corrupción y complicidad, además que constituye un delito electoral y una falta de ética”.
Los obispos consideraron que pasadas las elecciones se debe acompañar a las personas que ganaron para que cumplan con los compromisos que asumieron y los recursos no terminen en un destino diferente al bien común.
“La construcción de la paz y justicia se lograrán solo a partir de nuestra participación conjunta, sin rencores, con el interés genuino de dar soluciones para todos, este ofrecimiento está dirigido a todos los hombres y mujeres y en especial a quienes esperan la paz en medio de las tragedias y la violencia, por tanto, este es también nuestro anhelo y compromiso”.