Algarabía

El mono desnudo cubre su piel

Por Desmond Morris

Foto: Especial

Hay 193 especies vivas de simios y monos. 192 de ellas están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un mono desnudo que se ha puesto a sí mismo el nombre de homo sapiens. Con el paso de los milenios, ese mono perdió su pelaje, y para proteger su piel comenzó a usar ropa. Averigüemos los detalles de esta transición que lo distingue del resto de los primates.

La aparición de los primates

El grupo de los primates, al cual pertenece nuestro mono desnudo, proviene en origen del primitivo tronco insectívoro. Al evolucionar su visión mejoró, los ojos se fueron desplazando hacia la parte delantera de la cara, las manos se desarrollaron para agarrar la comida y su cerebro se volvió cada vez mayor.

Foto: Especial

Entre 25 y 35 millones de años atrás, empezaron a convertirse en verdaderos monos. Con el paso del tiempo crecieron y adquirieron mayor peso. En vez de correr y saltar, empezaron a bracear, columpiándose y avanzando por las ramas. Sus colas se fueron atrofiando.

El mono cazador

Esto nos lleva al último millón de años, más o menos, de la historia ancestral del mono desnudo, que había alcanzado cierto grado de organización social. Empezaron a producirse cambios vitales: se volvieron más erectos, más veloces, mejores corredores. Sus manos se libraron de las funciones propias de la locomoción, se fortalecieron y adquirieron eficacia en el manejo de las armas. Su cerebro se hizo más complejo, más lúcido, más rápido en sus decisiones. Se estaba fraguando el mono cazador, el mono apto para matar.

El paso siguiente al empleo de herramientas fue la confección de las mismas y, paralelamente a este progreso, se perfeccionaron las técnicas de caza, no sólo en lo referente a las armas, sino también a la colaboración social. Los monos cazadores lo eran en grupo, y al mejorar su técnica de caza progresaron también sus métodos de organización social.

El mono cazador se convirtió en mono sedentario. Y esto afectó su estructura sexual, familiar y social. Empezó a inventar comodidades domésticas: fuego, despensa, refugios artificiales; se transformó en mono cultural.

La pérdida del pelo

Esta extraña especie tenía un rasgo que la diferenciaba de las demás en la larga hilera de primates. Desde el punto de vista funcional, estamos completamente desnudos y nuestra piel está plenamente expuesta al mundo exterior. Pero, ¿qué significa este rasgo? ¿Por qué ha tenido que convertirse el mono cazador en mono desnudo? Algunas posibles explicaciones son:

  1. Para combatir infecciones y parásitos en la piel, como ácaros, pulgas y chinches.
  2. Para facilitar su movimiento en el agua. Sólo conservó pelo en la cabeza para resguardarse del sol.
  3. Para ayudar a la identificación individual y a la diferenciación sexual, pues los machos son más velludos que las hembras, en especial en el rostro.
  4. Para mejorar la sensibilidad del tacto y ante los estímulos sexuales.
  5. Para servir como medio de refrigeración cuando se expuso a temperaturas elevadas y usó el fuego para calentarse en las noches.

Y ahí tenemos a nuestro mono desnudo: vertical, cazador, fabricante de armas, territorial, cerebral, primate por linaje y carnívoro por adopción, dispuesto a conquistar el mundo. Pero es un producto novísimo y experimental y, con frecuencia, los modelos nuevos presentan imperfecciones. Sus principales agobios derivarán del hecho de que sus progresos culturales rebasarán a todos los progresos genéticos. Sus genes quedarán rezagados y tendremos que recordar con frecuencia que, a pesar de todos sus éxitos en la adaptación al medio sigue siendo, en el fondo, un mono desnudo.

Sucedieron muchos cambios después. El mono desnudo comenzó a vivir sedentariamente y con ello cambiaron sus relaciones sociales. Al estar en una morada fija, debió mejorar sus hábitos de higiene. Además, se volvió un cazador experto, en especial como actividad social reservada a los machos. También comenzó a vestirse con pieles de los animales que cazaba, y posteriormente, con la lana y cuero del ganado que domesticó.

Cubrir la desnudez

En muchas civilizaciones los varones suprimen algunos de sus rasgos sexuales secundarios, afeitándose la barba y el bigote. Las hembras se depilan las axilas. El vello del pubis se oculta siempre con tanto cuidado que hace innecesario aquel tratamiento. El ejemplo más palpable es la famosa y proverbial hoja de la parra. Dada su posición vertical, es imposible que un mono desnudo se acerque a otro miembro de su especie sin realizar una exhibición genital. Otros primates, que andan a cuatro patas, no tienen este problema. Si quieren mostrar su aparato genital tienen que adoptar una posición especial. Nosotros, en cambio, lo mostraríamos siempre, hiciéramos lo que hiciéramos. De ahí se infiere que la cobertura de la región genital con alguna sencilla prenda debió de ser un perfeccionamiento cultural primordial.

La aparición del vestido

Sin duda, el empleo de vestidos como protección contra el frío incrementó al desparramarse la especie por climas menos benignos; pero, probablemente, esta fase fue muy posterior. El empleo de vestiduras antisexuales varió según las diversas condiciones culturales, extendiéndose a veces a otras señales sexuales secundarias —senos— y dejando de hacerlo en otras ocasiones. En ciertos casos extremos, el aparato genital de la hembra queda no solamente oculto, sino también completamente inaccesible. Por ejemplo, se practicó coser el aparato genital de las jóvenes antes del matrimonio, o asegurar los labios de aquél con grapas o anillos de metal. Estas precauciones extraordinarias son, desde luego, muy raras; pero el menos drástico procedimiento de ocultar simplemente el aparato genital bajo una vestidura es, actualmente, casi universal.

Tomado y adaptado de El mono desnudo. México: Debolsillo, 2006.

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