1. Agua embotellada
El calor promueve el desarrollo y reproducción de gérmenes, bacterias y microorganismos. El agua dentro de la botella puede producir el efecto lupa con la acción del sol, es decir, concentrar en un sólo punto la energía del sol. Esto podría provocar desde calentamiento, hasta quemaduras o incendios.
2. Alimentos
Latas de comida, cerveza, refresco. Por efecto el agua se expande cuando se congela. Debido a este fenómeno, las latas pueden agrietarse e incluso explotar. Además, las latas podrían oxidarse y provocar contaminación por óxido del contenido.
3. Cremas y medicamentos
Los laboratorios farmacéuticos se han empeñado en señalar que la efectividad de sus fórmulas es mayor cuando estas se almacenan en lugares secos y a temperatura ambiente (entre 14.5 y 25 grados centígrados). Fuera de ese rango, las medicinas podrían no sólo perder su efectividad, sino convertirse en agentes perjudiciales para la salud. Los que vienen en spray pueden llegar a ser peligrosos cuando se exponen al calor, debido al aumento de presión interior que puede provocar una explosión.

4. Instrumentos de madera
Quizás seas de los que van con su guitarra a todas partes. En ese caso, debes saber que exponer tu instrumento a temperaturas extremas, provoca que la madera de expanda y/o se contraiga provocándole grietas.
5. Cámaras y celulares
Aunque los componentes de tu equipo sean cada vez más resistentes, las baterías de iones de litio sí son susceptibles a las temperaturas extremas y podrían sufrir averías.
6. CD’s y DVD’s
Se corre el riesgo de provocar derretimiento, deformación y pérdida de información en caso de calor excesivo.
7. El nivel de los fluidos

En casi de baja temperatura, hay que evitar circular con los tanques a menos de la mitad de su capacidad, para prevenir condensaciones que ocasionan taponamientos. También se recomienda reemplazar, en la medida de lo posible, aquellos fluidos que cuentan con una fórmula especial para el invierno.
8. Objetos de valor
Maletas, mochilas, chamarras, computadoras, celulares, cámaras de fotografía o video. Si no puedes levarlos contigo, procura resguardarlo fuera de la vista (en la cajuela o bajo los asientos).
9. Tu auto a la intemperie
Un vehículo aparcado al sol puede alcanzar los 55 grados cuando la temperatura exterior es de 35. El color es un factor determinante para el efecto que tienen los rayos de sol en un vehículo parado. El calor provoca además que se incremente hasta en 40 veces el valor aceptable del nivel de benceno (toxina que afecta al riñón y al hígado). Se deteriora la pintura, la carrocería, hay evaporación de fluidos, y se incrementan las probabilidades de avería del motor relacionadas con la temperatura. En caso contrario (frío), todas las piezas de goma pierden elasticidad por debajo de los 10º. Las llantas pierden presión, el líquido limpiaparabrisas se congela, el aceite se espesa, la batería pierde hasta el 50% de su potencia, algunas piezas pueden congelarse.

10. Niños, ancianos, mascotas
Las temperaturas extremas pueden ser peligrosas. La exposición a estas inclemencias ocasionan desde confusión y aletargamiento, hasta fallas sistémicas letales. Los niños y ancianos son particularmente vulnerables pues sus organismos requieren mayor esfuerzo para regular su temperatura interna. Además de la temperatura, hay que tomar en cuenta el estrés y la falta de circulación de aire dentro de un auto.
Quizás conocíamos algunas de esta recomendaciones. No olvides de ahora en adelante los riesgos de exponer el auto y a nuestros seres queridos a los peligros que acechan en el día a día.