Seguramente te pasó o conoces a alguien que ha ahogado el motor. Ese característico sonido de una marcha que no logra encender provoca sudor frío. Cuando no estamos familiarizados con los síntomas y diagnóstico de ciertas fallas más o menos conocidas, el panorama es aún peor. Imaginamos reparaciones difíciles y cotosas y es más fácil que nos engañe un mecánico deshonesto.
Entonces, ¿qué es un motor ahogado?
Se dice que un motor está ahogado cuando hay exceso de combustible en la cámara de combustión. Recordemos que la combustión es una oxidación violenta de un combustible (carburante) en presencia de oxígeno (comburente). La mezcla estequiométrica es la proporción ideal de oxígeno y gasolina recomendada para tu motor. Cuando hay demasiado combustible en esta mezcla, se dificulta la combustión.
¿Qué provoca que el motor se ahogue?
Esto puede suceder en viejos motores con carburador, ya que la esprea “lanza” un extra de gasolina al motor. Lo que solía hacerse era presionar el acelerador, para evitar que el carburador mandara esa carga de gasolina adicional.
En vehículos de inyección, los inyectores sucios o tapados, así como los sensores de oxígeno o temperatura averiados, pueden provocar que la gasolina salga a chorro.
Otra causa puede ser que no haya chispa en las bujías o sea demasiado débil. Esto provoca que no exista explosión, y la mezcla no se queme. Mientras más intentas arrancar un motor ahogado, más se inundan los electrodos de la bujías. La recomendación es quitar las bujías (una por una, para no confundirlas) para limpiarlas y secarlas.
Recomendación:
No olvides llevar periódicamente el vehículo a tu mecánico de confianza, sobre todo si no te sientes preparado para hacerle inspecciones y mantenimiento por ti mismo. Si detectas que tu vehículo se apaga, o arrancar le cuesta más trabajo de lo normal, son indicios de que algo está sucediendo y es momento de consultar a un experto.
