SEAT somete a sus vehículos a temperaturas extremas con el fin de garantizar el funcionamiento adecuado de sus sistemas de seguridad activa. ¿Lo hubieras imaginado? Pues estas son una de las tantas pruebas que tienen que superar los autos de la marca automotriz antes de salir a la venta.
En un lugar cercano al Círculo Polar Ártico, en donde las temperaturas rondan los -25 grados, Gonzalo Giménez, Responsable de Frenos y Sistemas de Seguridad Activa en SEAT y su equipo de ingenieros pasan hasta 10 semanas al año poniendo a prueba cada uno de los vehículos y sus funcionamientos.
SEAT conquista el Círculo Polar Ártico con sus sistemas de seguridad activa
Viajando hasta la Laponia sueca, SEAT y su equipo de trabajo realizan hasta 60 pruebas y recorren más de 30,000 km con el fin de garantizar el correcto funcionamiento de sus autos.
“La evolución de la tecnología. Ha influido tanto en la eficiencia de los sistemas del vehículo, como en las herramientas de trabajo de las que disponemos, cada vez más potentes y rápidas” declaró Gonzalo Giménez, responsable de Frenos y sistemas de seguridad activa en SEAT.
¿La pista? Un lago helado de 6 km cuadrados con una de 60 centímetros de hielo en donde los vehículos se conducen al límite.
La primera prueba consta en la desactivación en diferentes grados el sistema de control de estabilidad (ESC). Si el auto pierde el rumbo, se comprueba que el sistema actúe correctamente sobre las ruedas para recuperar la trayectoria. Una vez que supera la primera prueba, los autos son sometidos a un asfalto de mitad hielo de alta y baja adherencia para probar los frenos ABS.
Una vez finalizadas todas las pruebas en este terreno, SEAT y su equipo de ingenieros viajan a un spot diferente, al desierto. De ésta manera la marca puede garantizar la función adecuada en cualquier tipo de pavimento.
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